Este lunes Epic Games sacudió al mundo de los eSports, al anunciar que Fortnite destinará 100 millones de dólares para los premios de sus torneos en la temporada 2018-2019, y que serán otorgados por la misma empresa. Estamos ante un monto que no tiene precedentes en la historia de los videojuegos competitivos, y ciertamente nos alegramos por ver que los jugadores profesionales podrán obtener mejores premios (y esperamos que también hayan más ganadores que puedan vivir de los eSports, en todo el mundo y no solo en ciertas regiones). Pero como es lógico, esto siembra la duda de qué tan sostenibles pueden ser estas cifras en la industria.

Ciertamente estos montos no son impagables para Epic Games, ya que solo en febrero de este año había obtenido 126 millones de dólares en ingresos, superando por primera vez a PUBG, y antes de ser lanzada la versión para móviles, que ya es la más rentable de los battle royale. Fortnite podría dar fácilmente 1500 a 2000 millones de dólares o más para fines del 2018, e invertir 100 millones en eSports para mantener a los jugadores, y ampliar la escena de streaming sería una buena inversión en teoría.

Lo complicado es ver si esta inversión es sostenible, y ver qué podrán hacer otras compañías al respecto. Si la temporada 2018-2019 de Fortnite es un éxito, la comunidad esperará premios mayores para 2019-2020. Claro, la empresa podrá sostenerlo si es que su plan marcha a la perfección y no surge un competidor que le quite audiencia y jugadores. Pero si ocurre esto, la escena de Fortnite tendrá que ser replanteada. O Epic podría simplemente apostar aún más para mantenerse a flote, hasta que todo se derrumbe.

Veamos la experiencia de Valve con Dota 2, el (por ahora) eSport más millonario del mundo. La escena competitiva de Dota 2 ha entregado $38,053,795 en premios en el año 2017, según E-Sports Earnings. Sin embargo, $24,787,916 corresponden al torneo The International 2017, y de esta cantidad, $23,187,916 provienen de crowdfunding, es decir, de los ingresos por el Battle Pass 2017, y son pagados por los fans de Dota 2.

Se podrá decir muchas cosas de ciertos individuos de la comunidad de Dota 2, pero este juego es sostenible gracias a sus fans, no tanto gracias a Valve que ha cometido y sigue cometiendo errores. Y las cifras siguen en ascenso, tan rápido como el Battle Pass 2018 que ya ha recaudado más de 8.6 millones de dólares de la comunidad, y 10 millones de prize pool total para este TI8.

Team Liquid ganó $10,862,683 en el TI7. Este premio quedará chico comparado con lo que puedan obtener los ganadores de Fortnite.

En cambio, si Fortnite pretende premiar con 100 millones de dólares en un año, y esos 100 millones salen del bolsillo de Epic Games, con las expectativas de aumentar cada año, la empresa estará destinando una porción peligrosamente alta de sus ganancias del juego en la escena de eSports.

En pocos meses, Fortnite se ha convertido en el juego más importante de la compañía con gran diferencia sobre otros como Unreal Tournament. Por lo tanto, si los ingresos de Fortnite por microtransacciones comienzan a caer y la base de jugadores deja de crecer, será cada vez más difícil sostener este enorme prize pool. Aún con los ingresos de Unreal Engine 4 y otros emprendimientos, la gente del departamento de finanzas se va a poner nerviosa. Y si los inversionistas le bajan el dedo a Fortnite, su escena competitiva podría colapsar tan espectacularmente como está naciendo. Claro está, este escenario no debería ocurrir en varios años. Pero en la industria uno nunca sabe qué llegará de improviso. El propio Fortnite Battle Royale fue algo que nadie esperaba.

De la devastación solo quedarán ruinas

El otro gran problema con este asalto de Fortnite a la escena de los eSports, es que pondrá en grandes aprietos a otros videojuegos y empresas. Claro, Epic Games puede aspirar a eso y está en todo su derecho, pero la comunidad en su conjunto se verá afectada.

Dota 2 y League of Legends sobrevivirán porque ya entregan premios millonarios y las habilidades requeridas para estos MOBAS no necesariamente son compatibles con este battle royale, pero otros eSports no podrán decir lo mismo.

Todos los shooters del mercado actual serán golpeados duramente, porque sus jugadores buscarán los premios más suculentos de Fortnite. Comenzando por Counter-Strike: Global Offensive, juego que trata de mantener sus niveles de audiencia y jugadores luego del ingreso de los battle royale. Sí, es posible que CS:GO sobreviva, pero va a seguir “chorreando” jugadores y audiencia.

El resto de los eSports van a ser barridos del mapa. A excepción de juegos “nicho” y bien segmentados como FIFA, Super Smash Bros y Hearthstone, nadie va a tener oportunidad contra la maquinaria de Fortnite. Y esto va a traer problemas para los próximos aspirantes a eSports. Será difícil ver un juego como Rocket League, con un concepto original y de parte de una empresa pequeña, surgir en el mercado.

Otro gran riesgo es que los desarrolladores que quieran incursionar en los eSports tendrán que hacerlo con dos características bien definidas: billeteras grandes, y conceptos “infalibles”. Nadie va a intentar retar un eSport de 100 millones anuales (lo que implica invertir lo mismo o más) con un juego que no se sabe si funcionará. Por lo tanto, hay el riesgo de que muchos de los futuros eSports traten de copiar a Fortnite, y la innovación se verá afectada. Por supuesto, esto no hará más que asegurar la caída de los retadores, pero aun así, tendremos muchos juegos similares. De hecho ya los tenemos, y algunos ya han caído.

¿Quién se atreverá a retar a Fortnite con un concepto que no esté «probado»? Veremos más juegos como este intentar surgir y caer estrepitosamente.

Finalmente, en el caso de una caída de Fortnite, ¿estarán los jugadores y comunidad dispuestos a participar de eSports que den la tercera parte de dichas ganancias otra vez? El riesgo está en que alguien tendrá que llenar el vacío, y ese alguien tendrá que ser, nuevamente, una empresa con enormes ingresos por ese juego, lo cual reiniciará el círculo. O en todo caso, una empresa que ya tenga muchos ingresos y quiera posicionarse a la fuerza. Empresas que suelen estar muy enfocadas en hacer dinero, como EA y Activision, serán las candidatas, empujando fuera del mercado a potenciales eSports más creativos y con menor presupuesto.

Es así que la llegada de Fortnite y sus 100 millones de dólares a la escena competitiva debería ser tratada con cuidado. Porque si bien vamos a tener más jugadores millonarios (y el dinero trae respeto ante la sociedad), podríamos estar canibalizando nuestra escena de eSports. Y cuando todo acabe, será muy difícil reconstruirla.