En Corea del Sur, un hacker fue sentenciado a un año de prisión efectiva, mientras otros 12 han sido castigados con multas o aguantan otras condenas penales. El motivo: crear y hacer dinero con hacks y cheats para Overwatch, uno de los juegos más populares en dicho país asiático.

El condenado había obtenido más de 180 mil dólares por la venta de este hack de Overwatch, que daba ventajas injustas a los jugadores que lo empleaban en partidas ranked y regulares. En Corea las leyes contra la creación y uso de cheats, arreglo de partidas y 322, y en general actos que perjudiquen la naturaleza competitiva de e-sports y deportes tradicionales, son cada vez más estrictas, según reporta Dot Esports.

Por supuesto, Corea del Sur no es el primer país en imponer sanciones drásticas contra los cheaters y hackers. Hace unos meses, 120 hackers habían sido detenidos en China por crear y vender trampas para PUBG.

La ley criminal de China estipula que “El crimen de dañar la información de un sistema de computadoras con serias consecuencias, será penalizado con una pena privativa de la libertad no menor a cinco años, tiempo que puede aumentar dependiendo de la severidad del daño”. Es decir, a estos cheaters les espera un largo tiempo tras las rejas.