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Seijiro Tomita, ex trabajador de Sony, hace 10 años le presentó el proyecto de pantallas 3D sin lentes a siete ejecutivos de Nintendo, sin obtener respuesta alguna y con una patente aun en proceso en esa época. 2 Generaciones después Nintendo sacó a la venta el Nintendo 3DS, ante lo cual Tomita procedió a hacer una demanda en el 2010.
 
Pasaron casi tres años desde que Tomita planteó la demanda y recién empezó el proceso del juicio a finales de febrero de este año, en el que Tomita pedía $9.80 por cada 3DS vendido en el mundo, con las aproximadamente 30 millones de unidades vendidas, esto sumaría $292,000,000,  alegando que cuatro de los siete ejecutivos de Nintendo a quienes presentó el proyecto habían empezado a desarrollarlo, por lo que se sentía «traicionado«, según palabras de Joe Diamante, su abogado. Nintendo ante esto respondió que sus ejecutivos se habían juntado con varias personas que les habían planteado tecnologías similares y que no habían usado ninguna característica clave de la patente de Tomita.
 
Tomita no obtuvo lo que pidió, pero sí ganó el juicio, por lo que Nintendo le debe pagar aproximadamente $1 por cada unidad vendida, sumando un total de 30.2 millones de dólares.
 
[Khëll]