Ir al Star Wars Celebration es una de esas cosas con las que uno sueña por años, pero que una vez que se cumplen, se sienten surreales, casi como un sueño. Tomar la decisión no fue particularmente difícil —las entradas se comenzaron a vender el año pasado, y cuando me enteré de la fecha de venta online, simplemente me dije “si no es ahora, ¿cuando?” Tengo que aprovechar que no tengo hijos o una familia o casa para mantener —mi relativa juventud (y la suerte de tener un trabajo que paga bien, aunque algo esclavizante; no, no me refiero a mis contribuciones en MasGamers) es perfecta para mandarme a hacer un viaje de este tipo solo para ir a una convención de Star Wars.

Fue así, entonces, que hace casi un año me metí a la página de Celebration en una fecha y hora determinadas, hice mi “cola virtual” (sí, eso es algo que existe), y después de esperar media hora, aproximadamente, pude comprar mi entrada de cuatro días (de jueves santo a domingo), la cual incluía un polo exclusivo del evento. Habiendo gastado una buena cantidad de dinero en algo que jamás imaginé sería capaz de experimentar, me relajé, e inmediatamente me puse impaciente. “¡Falta casi un año!”, pensé. Sólo me quedaba esperar.

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Y como suele suceder, el tiempo pasó volando, y por fin llegó abril de 2017. Pedí sus buenas tres semanas de vacaciones en el trabajo (las necesitaba), ya que antes de ir a Orlando para el Star Wars Celebration 2017 tenía un viaje familiar a España, y cuando la fecha por fin llegó.. descubrí que mi Visa a los Estados Unidos estaba vencida. ¡Yo juraba que estaba renovada, incluso había chequeado! Pues había chequeado mal. Cuatro días antes del comienzo del evento, no tenía como viajar al país de Donald Drumpf.

Después de deprimirme por unos minutos, tanto mi novia como mi familia me incentivaron a luchar por mis sueños (dios mío qué cursi), por lo que llenando formularios, pagando, llamando, insistiendo, sacando citas de emergencia y en general poniéndome necio, logré sacar mi Visa en exactamente dos días y medio. ¿Será algún tipo de record? No lo creo, pero igual me siento extremadamente afortunado. Después de eso, ya nada sonaba imposible. ¡Iba a ir al Celebration después de todo!

Desafortunadamente cierta línea aérea estaba a punto de pincharme al globo. Solo dos días antes del comienzo del evento, lograron malograr la reserva de mi vuelo —la cual debía cambiar, pero me dijeron que no se podía, para luego decirme que sí, para luego decirme que en otra fecha… ¡se contradecían!—, por lo que, al igual que con mi error de la Visa, decidí ponerme necio, reclamara, insistir y llamar… y a fin de cuentas, terminé volando el miércoles antes del evento, en clase Business (¡!) sin recargo adicional alguno. Debo decir que viajar en un avión totalmente echado, con aeromozas sirviéndote vino y dándote almuerzo con cubiertos de metal, es otra cosa. No quiero ni averiguar los precios verdaderos.

Sí, una vez más tuve suerte —según mi novia debería comprarme la Tinka todas las semanas— por lo que por fin estaba yendo al Celebration. ¿El único problema? Iba a llegar tarde. Después de tanto error y problema y reclamo, llegué el jueves en la tarde, por lo que me perdí el primer día del evento; me perdí del panel de Aniversario (¡fueron George Lucas y John Williams, aaaahhh!) y me perdí del feeling de ser de los primeros en entrar. Pero luego de fregarla olímpicamente con lo de mi Visa, honestamente no tenía mucho de qué quejarme; ¡ya de por sí era un milagro que hubiese logrado llegar a Orlando!

Retrocediendo un poco en esta narrativa, cabe recalcar que no fui solo al Celebration. De hecho, me acompañaron siete amigos y amigas, algunos de los cuales pertenecen al Star Wars Fan Club Perú, al igual que yo. Ellos, evidentemente, sí llegaron a tiempo —de hecho, varios días antes— y pudieron entrar al panel de aniversario, y en el caso de uno en específico, hizo de todo para ayudarme a obtener un vuelo decente de Lima a los Estados Unidos. Agradeceré por siempre su apoyo.

Pero basta de tanta historia previa. Lo que ustedes quieren saber, me imagino, son los detalles del Celebration: cómo es, qué se siente estar ahí. Bueno, primero que nada, deben saber que hice más colas que nunca. Si uno quería entrar temprano, tenía que llegar máximo a las 9 am, para hacer una cola de una hora (las puertas se abrían a las 10 de la mañana) y por fin entrar. Para entrar al Celebrarion Store (la tienda oficial del evento), las colas eran épicas —si uno llegaba temprano, podían ser de hasta una hora, pero mucha gente que llegaba al medio día o en la tarde, hacía colas de hasta cuatro horas. (¡!)

Según lo que leí, fuimos más de 70,000 personas en el evento cada día, un número impresionante, el cual no resultaba demasiado aparatoso o claustrofóbico cuando uno estaba ahí, felizmente, gracias al gran tamaño del Orange County Convention Center.

Ahora bien, el Celebration ocupaba una buena parte del centro de convenciones. Primero que nada, teníamos el Show Floor, es decir, el espacio principal, en donde se encontraban todos los puestos (sí, tipo Polvos Azules) de tiendas independientes, tatuadores oficialmente aprobados por Lucasfilm, merchandising de Disney, libros de Del Rey Books (fue ahí donde compré mi copia de Aftermath: Empire’s End, y me la firmó su autor, Chuck Wendig) o Barnes and Noble, y por supuesto, la anteriormente mencionada Celebration Store, y la zona de toma de fotos y firma de autógrafos con los actores invitados de las películas.

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Con Chuck Wending, autor de Aftermath: Empire’s End

Meses antes, con mis amigos íbamos comprando entradas grupales para tomarnos fotos con todos los actores que podíamos, por lo que terminé conociendo en tomándome fotos con exactamente ocho actores. Estaba en el quinto cielo. Fueron experiencias verdaderamente surreales, las cuales dudo vayan a poder ser superadas en mucho tiempo.

Ojo: he editado las fotos para que solo aparezca yo. Al ser este un artículo público, no quiero compartir fotos de mis amigos, quienes no tienen nada que ver con MásGamers.

Felicity Jones

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Me quedé pasmado. Boquiabierto. Es más impactante en vivo que en la pantalla grande, pero muy amable, y con un gran sentido del humor, tanto así que posó de manera graciosa con la réplica de los planos de la Estrella de la Muerte que le dimos.

Mark Hamill

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Un tesoro americano. Muy amable y gracioso, tanto así que accedió a hacer la misma pose que nosotros para la foto. Una experiencia increíble.

Temuera Morrison

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“¡Yo tengo un amigo peruano que se llama Guillermo!”, nos dijo Morrison cuando le contamos de dónde proveníamos. No dejó de repetirlo. Realmente me encantaría conocer a este Guillermo.

Hayden Christensen

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Sí, yo sé, estoy tapando al pobre Hayden con mi brazo, pero estaba extremadamente nervioso (fue la primera foto que me tomé) y no sabía cómo ponerme. Al menos no le pedí que me firmara un tazón con arena.

Ian McDiarmid

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“Thanks, Peruvians!” fue lo que nos dijo McDiamird cuando nos despedimos de él. Definitivamente es menos intimidante fuera de la ficción.

Forest Whitaker

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Increíblemente humilde para ser un reconocido actor ganador del Óscar. Te sientes nervioso antes de verlo, pero apenas lo saludas, te pones súper cómodo, como si fuera tu pata.

Alan Tudyk

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Un mate de risa, aunque como comprenderán, al estar tan nervioso, ni recuerdo el chiste que nos dijo. También accedió a posar con nuestros planos de la Estrella de la Muerte; y puso aquella cara graciosa que hace de esta foto tan increíble.

Sam Witwer

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El más conversador de todos los actores. Nos preguntó de dónde éramos, qué pose queríamos hacer para la foto, entre otras cosas. Chévere el tío.

Aparte de las colas y de las tiendas —me traje harto merchandising, así como algunos artículos vintage que encontré en un puesto con poca gente, y figuras a remate—, en el Show Floor estaba el Star Wars Show, el cual transmitía en vivo casi todo el tiempo. Estoy seguro que aparezco entre el público en alguno de los videos que compartieron, pero francamente me da flojera ir revisando uno por uno a ver si encuentro mi cara. De repente por ahí alguno de mis lectores me puede ahorrar el trabajo.

Para mi sorpresa, por otro lado, llegué a conocer a Andy Gutierrez, una de las conductoras del Star Wars Show, y obviamente me tomé una foto con ella. “¡Hay un montón de peruanos acá!”, fue una de las cosas que me dijo. Al parecer, a los peruanos nos gusta decir de dónde venimos, y tomarnos fotos con cuanto famoso podamos encontrar por ahí. Hey, hay que aprovechar bien la inversión.

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Con Andy Gutierrez, conductora del Star Wars Show

Y si creen que me olvidé del trailer de Los Últimos Jedi, pues se han equivocado. No, no entré al panel en donde lo presentaron, pero sí viví la experiencia en el Show Floor (viendo el trailer entre un grupo de CIENTOS de fanáticos), y puedo decir que el feeling que se sentía mientras veíamos esas imágenes, parados, cansados, con dolor de piernas, rodeados de la gente del Star Wars Show y decenas de fanáticos en cosplay, era sin igual. Cuando terminó, gritamos y aplaudimos como nunca antes. En retrospectiva, la experiencia de ver este trailer por primera vez de esta manera supera, incluso, al avance en sí.

Fuera del Show Floor, en el mismo centro de convenciones, había varias exhibiciones y actividades que uno podía disfrutar. Estaba, por ejemplo, la exhibición de los Droid Builders, en la que demostraban su habilidad para construir droides exactamente iguales a los de las películas.

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O también estaba la legión 501, la cual tenía una exhibición de trajes, cascos y muchas otras réplicas de utilería de las películas, hechas con mucho cuidado y dedicación.

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De hecho podría escribir mucho más sobre el Celebration, pero lamentablemente se me acaba el espacio; ¡tampoco quiero escribir una biblia! Simplemente quería celebrar el 4 de mayo (¡May the 4th!) como se debe: rodeado de Star Wars, y en este caso, escribiendo sobre una de las mejores y más memorables experiencia de mi vida. Definitivamente pienso regresar al Celebration, si no es el 2019, quizás más adelante —tanta cola, tanta espera, tanta gente y tanta comida cara (aunque no lo crean, había un puesto de comida peruana; no la probamos) definitivamente valía la pena. Si eres un fanático acérrimo de Star Wars, tienes que ir al Star Wars Celebration al MENOS una vez en tu vida. Aunque si lo disfrutas tanto como yo, lo más probable es que quieras regresar una y otra vez.