En una era donde el avance de la industria de los videojuegos parece medirse con el número de frames por segundo, la cantidad de polígonos desplegados en pantalla o el ancho en píxeles con rebuscados nombres como HD, HD ready, Full HD, Ultra HD, 4k y Retina Display (porque el aspect de pantalla 16:9 es muy mainstream) es muy difícil esperar que una compañía multibillonaria como Google iría en contra de las tendencias.

T-Rex Runner, también conocido como «Lo único que queda por hacer cuando se va la Internet», es un juego que prácticamente toda la población mundial con acceso a una computadora ha jugado pero que quizás nunca se dio el tiempo de analizar y apreciar.

Es por ello que a manera de retro-análisis, aquí les dejo la reseña de T-Rex Runner exclusivamente para Google Chrome.

 

Acompáñenme a vivir esta triste historia.

Empecemos hablando de la temática del juego. A simple vista vemos a un Tiranosaurio Rex corriendo de izquierda a derecha saltando obstáculos como cáctuses de distintos tamaños, solitarios o agrupados, mientras gana puntos por cada metro que logre recorrer sin ser eliminado; pero la premisa va mucho más allá de solo eso.

T-Rex Runner presenta a un héroe trágico en una situación donde no hay forma de ganar.

T-Rex Runner representa una historia triste basada en la necesidad primaria de casi todo ser vivo (con la excepción de los Lemmings y los integrantes de My Chemical Romance) de preservar su vida frente a cualquier tipo de peligro, aun cuando un desenlace trágico es completamente inevitable.

Nuestro héroe, Rex, no está corriendo solo porque le gusta ejercitarse cada mañana, corre aterrado. Pensemos entonces, si el personaje es nada más y nada menos que el rey de los dinosaurios y uno de los carnívoros (o carroñeros, ya nadie se pone de acuerdo) más poderosos de la historia ¿Qué le podría causar tanto terror? La respuesta es simple: La extinción.

 

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T-Rex Runner usa solo dos colores para comunicar su complejo mensaje.

 

Puede no ser obvio, pero, inspirados claramente por las técnicas narrativas de Hidetaka Miyazaki y el equipo de From Software utilizadas en Dark Souls, los desarrolladores de Google han dejado la historia accesible solo para aquellos que realmente deseen encontrarla. T-Rex Runner se lleva a cabo luego del cataclísmico evento que causo el final de la era de los dinosaurios.

 

El Fin del Principio

Seguramente dirán: Si se supone que ya cayó el meteorito y los dinosaurios están muriendo ¿No se supone que el cielo debería cubrirse de ceniza y nubes de polvo que terminarían por tapar el sol y crear lo que conocemos como la era de hielo? Esto sería correcto si no fuera porque estamos hablando de que ya han pasado varios años, quizás no cientos pero si varias decenas.

El juego nos coloca a la mitad de la era de hielo, pero lejos de los amigables mamíferos de Fox.

Este T-Rex es uno de los últimos en nacer, quizás vio morir a sus padres por la falta de alimento o el fuerte frío. Vemos como su entorno casi no tiene vegetación ni fauna. Las plantas que quedan son capaces de crecer en los ambientes más duros del planeta y los animales que aun están allí pueden fácilmente volar a lugares mejores. Todo lo que había antes ya no está y no volverá por varios miles de años.

Rex sabe que es solo cuestión de tiempo para que su cuerpo no pueda más y muera abandonado en el desierto, por lo que decide correr hacia adelante con la esperanza de encontrar un lugar donde vivir. Algún oasis del otro lado del mundo que no se viera afectado por las consecuencias del meteorito.

 

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Pero el futuro de negó a cambiar.

 

Su fuerte deseo por vivir es lo que le permite a Rex correr por varios días y noches sin parar y quizás por un momento nos hace pensar que va a lograr su objetivo, que va a encontrar un lugar feliz; es triste pero no podríamos estar más lejos de la verdad.

Ningún dispositivo de realidad virtual actual logra unir al jugador con el personaje de la forma que lo hace T-Rex Runner.

Al jugar T-Rex Runner solo prolongamos lo inevitable. Tarde o temprano Rex se cansará así como nosotros. Sus reflejos le fallarán tal como los nuestros. Sus piernas no serán lo bastante fuertes para saltar un cactus, tal como nuestros dedos para presionar las teclas.

La tensión de nuestros brazos y manos se reflejan en el cansado personaje, pero a la vez nos identificamos fuertemente con él. Queremos que viva y para ello tenemos que aguantar un poco más, llegar un poco más lejos. No habíamos visto una relación tan fuerte entre nuestro dolor físico y nuestra afección por un personaje ficticio desde la escena del microondas gigante en Metal Gear Solid 4: Guns of The Patriots.

 

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Los controles de T-Rex Runner son simples pero precisos.

 

Corriendo por nuestras vidas

Utilizando el género de Infinite Runner, los creadores de T-Rex Runner han logrado que el jugador se identifique a un nivel físico y mental con el personaje de Rex; pero para lograr este objetivo antes deben tener un sistema de juego sólido y preciso. Afortunadamente, el juego tiene esto y más.

Los creadores de T-Rex Runner han logrado que el jugador se identifique a un nivel físico y mental con el personaje.

Muchos aprecian la gran precisión de sistemas de plataformas de juegos como Mario o Rayman y creo que T-Rex Runner debería ser considerado a esa misma altura. Los controles del juego son muy simples en teoría: Presiona arriba o barra espaciadora para saltar. Pero su profundidad va más allá.

Pocos se dan cuenta de esto al jugar, pero la altura del salto de Rex depende de que tanto tiempo presionamos el botón, además también puede agacharse para esquivar obstáculos altos con solo presionar abajo en el teclado direccional. En una era en la que dependemos de técnicas como salto doble, dash en el aire, deslizarse en tiempo bala, etc. Es refrescante ver que un juego logra tanto con tan poco.

 

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T-Rex Runner nos hará sentir encariñados e identificados con el personaje y su lucha por sobrevivir.

 

Conclusiones

T-Rex Runner es una perfecta representación del dicho: «No juzgues a un libro por su portada». Tenemos a un personaje atrapado en un problema del que no puede escapar, una situación que inevitablemente le costará la vida; pero aun así nos invita a acompañarlo. Somos partícipes de una lucha por la sobrevivencia que sabemos no acabará bien. A diferencia de personajes como Yuna (o Tidus) de Final Fantasy X, Rex no ha aceptado aun su final y se aferra con todo lo que tiene a la vida, convirtiéndolo en alguien aun más trágico.

Nos hará sentir su gran desesperación cuando nuestro brazo ya no pueda más y solo queramos que el juego acabe para terminar el dolor.

El título a la vez logra comunicar este sentimiento de futilidad a través de una jugabilidad tan simple que solo necesita dos botones, uno de los cuales incluso es opcional. Con solo saltar, agacharse y correr sin parar, este dinosaurio nos hará sentir su gran desesperación cuando nuestro brazo ya no pueda más y solo queramos que el juego acabe para terminar el dolor sin importar que tan alto sea nuestro récord.

Todo esto, sin necesidad alguna de conexión a Internet, DLC, DRM, compras in-app, publicidad dentro del juego o ninguna otra de esas cosas que tantas molestias causan en títulos actuales y mucho más avanzados tecnológicamente. T-Rex Runner sin duda alguna es una obra maestra moderna, no solo de los videojuegos, sino de cualquier otro medio.

Feliz día de los inocentes 2016.

 

Una obra maestra

Que nos demuestra que los videojuegos son más que texturas y polígonos.

El presente análisis de T-Rex Runner fue realizado con una instalación gratuita de Google Chrome adquirida por el redactor.