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Casi todos tenemos un placer culposo, una de esas películas que son tan malas, que es casi imposible evitar divertirse con ellas. A diferencia de cintas verdaderamente terribles, es muy posible extraerle puntos positivos a estas producciones, por muy alejados que estén de las intenciones iniciales de sus creadores: diálogos tontos, escenas graciosas (puntos extra si estamos hablando de un drama o un filme de terror), o alguna actuación que resalta por sobre las demás.

En pocas palabras, Street Fighter, de Steven E. de Souza, definitivamente es un placer culposo. Basada en la serie de videojuegos de pelea que prácticamente todo gamer ha jugado alguna vez en su vida (y que sorprendentemente sigue siendo relevante hoy en día, muy a pesar de los errores que se hayan podido cometer con su más reciente entrega), Street Fighter es una película que es casi imposible tomarse en serio. Y es precisamente por eso que resulta tan divertida.

Varios juegos de pelea (especialmente aquellos que salieron a la venta en la época del Super Nintendo y el Sega Genesis) no tienen trama, por lo que mucho se tuvo que inventar para traer a los personaje de Street Fighter a la pantalla grande.

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Jean Claude Van Damme interpreta al coronel William Guile, quien lleva a un pequeño ejército de soldados al país ficticio de Shadaloo para encontrar al villano de la película, el tiránico General M. Bison (un inolvidable Raul Julia), quien ha secuestrado a varias personas, incluyendo a tres soldados norteamericanos. Entre ellos se encuentra Carlos «Charlie» Blanka (Robert Mammone), a quien Bison decide convertir en un horrible mutante.

A la par, tenemos a la reportera Chun-Li (Ming-Na Wen, a quien ahora podemos ver en Agents of SHIELD), quien planea vengarse de Bison por la muerte de su padre años atrás. También tenemos a Ryu (Byron Mann) y Ken Masters (Damian Chapa), dos estafadores que son arrestados junto con Sagat (Wes Studi), un traficante de armas, y Vega (Jay Tavare) al ser atrapados con las manos en la masa. Es por todo esto que Guile, T. Hawk (Gregg Rainwater), Cammy (¡la famosa cantante australiana Kylie Minogue!), Ryu, Ken, Chun Li, Balrog (Grand L. Bush) y E. Honda (Peter Navy Tuiasosopo) tienen tan solo tres días antes de que Bison mate a sus rehenes y conquiste el mundo.

Combates decepcionantes

Como pueden haberse dado cuenta, la trama no es particularmente interesante u original. Tenemos al típico villano megalomaníaco que quiere conquistar el mundo, y a un pequeño ejército de héroes que son los únicos capaces de detenerlo. Es algo parecido a lo que uno podría encontrar en una película de James Bond de la era de Roger Moore o Pierce Brosnan, aunque algo más ridículo y exagerado, más cercano a Otro Día para Morir que Goldeneye. Nada de esto fastidiaría demasiado, no obstante, si es que la cinta fuese fiel a su fuente de inspiración, y presentara peleas de artes marciales intensas y memorables.

Pero lamentablemente, ese no es el caso. Más de un fanático de los juegos se molestó cuando se enteró de que Ryu y Ken no serían los protagonistas de Street Fighter. Únicamente aparecen como personajes secundarios, y no les dan mucho qué hacer. No, el protagonista del filme es Jean Claude Van Damme, quien interpreta a Guille, el soldado norteamericano más belga que jamás vaya a ver uno en la pantalla grande. Como su acento no funcionó, trataron de compensarlo pintándole un tatuaje de la bandera estadounidense en el hombro. Eso tampoco funcionó. Al menos debieron darle el mismo peinado que al personaje de los juegos.

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Comprensiblemente, esto resulta en momentos verdaderamente hilarantes, los cuales estoy seguro el director/guionista, Steven E. de Souza, hubiese querido que uno se tome en serio. (Consideren el discurso que le da Guille a sus soldados antes de ir a atacar la base de Bison. Oro. Puro). Street Fighter tiene escenas que fueron escritas como cómicas, de eso no hay duda, pero ninguna de esas funciona tan bien como las secuencias de las que uno se puede burlar: peleas terriblemente coreografeadas, líneas de diálogo extremadamente cursis, y efectos especiales pobrísimos.

El resto del elenco interpreta a personajes que uno podía encontrar en los juegos de la época, aunque la mayoría son tan mal tratados como Ryu y Ken. Ming-Na Wen es una buena actriz, pero su Chun-Li es decepcionante; se ve bien con el clásico traje de los juegos, pero no convence como una guerrera poderosa (definitivamente mejoró en este aspecto para Agents of SHIELD). Kylie Minogue interpreta a Cammy. Kylie Minogue. La cantante. El hecho de que casi no haya actuado en películas después de esta (no, su papel en Moulin Rouge! no cuenta) debería decirles todo lo que tienen que ser sobre su interpretación. Y el resto de personajes, desde Bianca hasta Vega y Dhalsim, realmente tienen poquísimo qué hacer. Street Fighter cuenta con un gran número de personajes de los juegos, pero la mayoría está desperdiciada.

El Gran Raul Julia

Lo cual, sin embargo, me lleva a la verdadera estrella de la película, la razón por la cual Street Fighter se ha convertido, con los años, en un clásico de culto: el Bison de Raul Julia. Muchos ya saben la historia: Julia iba a fallecer de cáncer al estómago, por lo que decidió que su última actuación sería en el filme que sus hijos decidieran… y ese fue Street Fighter. Sí, Julia luce algo enfermo en la cinta (su rostro se ve pálido y muy delgado), lo cual resulta en algunas escenas incómodas y peleas en las que claramente se está utilizando a un doble de riesgo, pero su actuación… dios mío, su actuación.

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En pocas palabras, Bison es uno de los villanos más memorables de la historia del cine. Megalomaníaco, loco, exagerado; el personaje es un cliché andante, pero Julia lo aprovecha al máximo, recitando cada línea de diálogo con aplomo y transmitiendo una palpable sensación de diversión que pocos otros actores llegan a lograr. Tiene las mejores escenas y las mejores líneas de diálogo (el momento en el que le contesta a Chun-Li después de que le cuenta la historia de la muerte de su padre se ha convertido en una sensación en Internet), y es quien logra convertir a la película en algo verdaderamente divertido, en vez de algo simplemente aburrido y plano. Los héroes de Street Fighter aburren, pero Bison hipnotiza.

Genialmente terrible

A nivel técnico, Street Fighter es tan decepcionante como a nivel de guión o actuaciones. Los efectos especiales son pobres, incluso para estándares de 1994 (consideren que la gran Jurassic Park se estrenó tan solo un año antes). Las escenas de pelea parecen haber sido coreografeadas por un niño de diez años, lo cual resulta decepcionante considerando que a.) Jean Claude Van Damme es el protagonista, y que b.) Mortal Kombat, a pesar de sus muchos defectos, logró presentar combates verdaderamente emocionantes. La música no tiene nada de memorable—más recuerdo las tonadas que podía encontrar en los juegos de Super Nintendo.

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Street Fighter es una de las películas más involuntariamente graciosas que jamás haya visto—De Souza parece estar tomándose todo realmente en serio, sin darse cuenta de que la trama de la cinta es una tontería, que los personajes son totalmente estereotípicos, o que Julia parece ser el único en estar divirtiéndose. Pero es precisamente ahí donde radica su genialidad—no decidan ver Street Fighter pensando que disfrutarán de escenas de acción tensas o efectos especiales llamativos. Mírenla por el gran Raul Julia, uno de los mejores actores de su generación, un artista que probablemente merecía una mejor Última Película, pero que sin embargo, al decidir aparecer en Street Fighter, terminó regalándonos una de las actuaciones más divertidas de la historia.