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Hay adaptaciones cinematográficas de videojuegos que se equivocan al tratar de ser demasiado fieles a sus fuentes de inspiración. Street Fighter, de Steven E. De Souza, por ejemplo, terminó siendo absurda e involuntariamente graciosa al copiar la estética y el estilo de los juegos (si no me creen, consideren la última toma del filme, en donde todos los personajes hacen las mismas poses que sus contrapartes digitales). Es necesario entender que el cine y los juegos son diferentes medios, y que lo que funciona en lo segundo, no va a funcionar necesariamente en lo primero.

Pero por otro lado, existen producciones que no logran satisfacer a los fanáticos porque solo agarran uno que otro elemento de los juegos para desarrollar algo diferente. La saga de Resident Evil es un buen ejemplo de esto —sí, algunas de las entregas son coprotagonizadas por personajes de los juegos, e incluso algunos villanos como Némesis o Wesker tienen apariciones importantes, pero tanto los arcos narrativos como el personaje principal fueron inventados para las películas. Lógicamente, esta excesiva “creatividad” no ha convencido del todo a varios fanáticos de la saga de terror japonesa.

El Huésped Maldito

Streaming Resident Evil (2002)

Sin embargo, hay que ser justos. A pesar de que el último par de películas ha sido insufrible —no se preocupen, llegaré a ellas eventualmente—, la primera entrega de la saga, estrenada el 2002, es de las mejorcitas. Al igual que la primera secuela, tiene más similitudes con los juegos que las últimas entregas, y maneja un tono más serio, menos exagerado, y más de terror. Acá no tenemos a una Alice (Mila Jovovich) capaz de disparar en el aire, en cámara lenta y con dos pistolas al mismo tiempo a un ejército de zombies —este personaje es, aunque sea, un poquito más vulnerable, más verosímil.

Pero hay que entender que el director de la mayoría de estas cintas —incluyendo esta primera, claro está— es Paul W.S. Anderson. El mismo del primer filme de Mortal Kombat, y “joyitas” como Alien vs. Depredador o Los Tres Mosqueteros. El británico cineasta nunca ha sido conocido por su moderación, por lo que es válido esperar ciertas ridiculeces en una película como Resident Evil; si se toman todo demasiado en serio, si esperan ver personajes tridimensionales, diálogo inteligente, o una trama que tenga todo el sentido del mundo, la van a pasar mal.

La trama de la cinta es una mezcla de lo que uno esperaría de una adaptación de Resident Evil, mezclado con alusiones a Alicia en el País de las Maravillas. Un virus ha escapado de unas instalaciones secretas conocidas como “La Colmena”, convirtiendo a los científicos y militares que trabajaban en ella en zombies, y soltando a animales monstruosos y medio muertos. Para contener el problema, la Umbrella Corporation cierra la base, y manda una unidad militar de élite. Al llegar, se encuentran con Alice (Jovovich), quien sufre de amnesia debido a que estuvo expuesta a un gas nervioso, y a su compañero Spence (James Purefoy). Sin embargo, no tendrán mucho tiempo para hacer preguntas; para sobrevivir, el grupo tendrá que pelear contra zombies, mutantes, y la mismísima computadora que controla la base, llamada Reina Roja.

No utilicen sus cerebros

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Películas como El amanecer de los muertos, de George Romero, servían como historias de terror y tripas, pero también como alegorías sociales. Previsiblemente, Resident Evil no contiene nada de esto. Paul W.S. Anderson no está tratando de transmitir ningún tipo de mensaje profundo con su película; no hay alegorías de ningún tipo, y la única referencia a una obra previa (Alicia en el País de las Maravillas) no es particularmente interesante u original. Todo lo que Anderson quiere hacer es emocionar a su público con secuencias de acción y suspenso, imágenes chocantes y gratuitas.

Sí, no es arte, precisamente. Algunos lo considerarían como basura, incluso. Pero es basura entretenida, y filmada con algo de estilo. El maquillaje de los zombies es creíble, los efectos de tripas y desmembramientos son asquerosos, y los efectos digitales no se ven del todo mal, especialmente considerando que la película fue estrenada hace catorce años. Y a diferencia de sus secuelas, la cinta al menos contiene una escena memorable —el encuentro de nuestros personajes con un pasillo lleno de lásers que se mueven imprevisiblemente.

Milla Jovovich convence como Alice, lo cual no debería ser una sorpresa. La actriz —quien, casualmente (o no tanto) es esposa de Anderson en la vida real— siempre ha tenido la intensidad y fuerza necesaria para interpretar a heroínas de acción acrobáticas. Acá, no es tan vulnerable y humana como su Leeloo de El Quinto Elemento, pero al menos no se ha convertido en la superheroína invencible de las futuras secuelas. El siempre subvalorado James Purefoy (en serio, lo necesitamos en más películas) es creíble como Spence; qué pena que no haya aparecido en las siguiente cintas. Michelle Rodriguez, como siempre, interpreta a una mujer aguerrida y siempre molesta, y Jason Isaacs tiene un importante cameo como el Dr. William Birkin.

Esto no es un juego

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Sin embargo, lo que era más importante para los fanáticos eran las referencias a los juegos de Capcom. Tenemos a la Umbrella Corporation, villanos principales al igual que en los juegos; tenemos al T-Virus, por supuesto; a los zombies (tanto humanos como perros) y… bueno, en lo que se refiere a personajes, lamentablemente no hay muchos a quienes mencionar. Ni Jill Valentine ni Wesker aparecen en este filme; estos serían guardados para producciones posteriores. A pesar de que Resident Evil tiene cierto encanto tipo película de serie B, definitivamente hubiese preferido algo más fiel a los juegos. Realmente no había ninguna razón para no seguir la historia del primer Resident Evil para PlayStation.

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Resident Evil es una adaptación meramente aceptable de un juego muy popular. Considerando que la saga era considerada antes como un referente del terror (título que le fue removido con la salida del quinto y, especialmente, del sexto juego, pero que quiere reclamar con la potencialmente aterradora sétima entrega), la película definitivamente pudo haber manejado más secuencias de horror puro. Sí, hay un par de momentos chocantes (y jump scares innecesarios) y sangre, pero Resident Evil se siente más con un thriller sobrenatural con un par de referencias a los juegos, dialogo involuntariamente gracioso, y actuaciones decentes, que una producción terrorífica.

Pero hey, al menos es mejor que la mayoría de sus secuelas. Veremos qué pasa con el supuesto “Capítulo Final”…