Existen muchas herramientas como los créditos rápidos online que pueden ser una muy útil alternativa para poner nuestras finanzas en orden (puesto que ofrecen dinero sin papeleos y casi de manera instantánea debido a su velocidad), hay que reconocer que este es un método más bien para prevenir.

Pero… ¿Qué pasaría si te dijera que uno puede aprender sobre finanzas través de videojuegos?, Y no, no hablamos de aburridos títulos “educativos” donde el gameplay es sumar, restar, multiplicar y dividir.

Los videojuegos cumplen muchas funciones distintas, pero se puede decir que la principal es ofrecerles a sus jugadores experiencias entretenidas, si es que no únicas.

Estas experiencias a menudo se consiguen mediante la simulación de entornos o mundos donde el jugador puede combatir, disparar, ser una estrella de fútbol, construir, salvar al mundo de una invasión extraterrestre y en este caso participar en economías simuladas.

En este artículo encontrarán una lista de títulos ideales para aquellas personas que quieren adentrarse en la economía, para los futuros contadores y economistas o simplemente para personas buscando juegos que ofrezcan algo distinto:

Fable 2

Este legendario RPG -uno de los más icónicos del Xbox 360 y hoy disponible también para Windows-, le permite al jugador convertirse en uno de los más grandes héroes de la tierra ficticia de Albion, luchar cuerpo a cuerpo y con armas a distancia, aprender magia, casarse y también volverse ridículamente rico; tanto que el dinero deja de tener significado.

Para hacer esto posible, es importante que el jugador conozca el sistema económico del juego para luego burlarlo. En Fable 2 puedes comprar casas y luego alquilarlas, sin embargo nunca tendrás que preocuparte por que tus inquilinos dejen de pagar la renta o por que tus inmuebles bajen de precio. Esto significa que todas las inversiones dentro de Fable 2 van a producir una ganancia. Si tan solo fuera así de sencillo en la vida real.

EVE Online

En EVE Online, el MMORPG de escala inimaginable de ciencia ficción donde sus millones de jugadores pueden desempeñar una variedad de trabajos y actividades virtuales como minería, piratería, comercio, combate y exploración, se ha desarrollado una economía virtual que es casi en su totalidad manejada por los jugadores.

Este juego opera bajo los principios fundamentales económicos de la oferta y la demanda. Hay especulación, manipulación del mercado y corporaciones de todos los tipos y tamaños.

Los jugadores pueden dedicarse a la producción de bienes, a la minería de recursos e incluso al transporte y compraventa de los distintos productos. CCP, su desarrollador, fue la primera compañía que tuvo que contratar a un economista para que monitoreara las actividades dentro de su juego. 

RuneScape

Como en el caso anterior, la economía de RuneScape es una economía virtual manejada por los jugadores y con varias similitudes a la economía interna de un país.

La oferta y la demanda de los ítems tendrán una importante influencia sobre el valor de los objetos y los comportamientos de los jugadores.

Aunque este es un juego bastante viejo, RuneScape sigue siendo un juego con un playerbase vivo y activo, a pesar de que en el 2019 RuneScape Clásico cerró después de 17 años. Esto es un testamento de que Jagex, su desarrollador, ha sabido mantener al juego relevante para sus jugadores y ha asegurado que estos siempre encuentren algo interesante para hacer.

La importancia del dinero en nuestras vidas

Los juegos anteriores intentaron reproducir con mayor o menor precisión sistemas económicos y financieros de la vida real, pues el dinero juega una parte fundamental en las vidas de todos nosotros, ya sea por su abundancia o por su ausencia.

Es por eso que debemos ser muy cuidadosos con nuestras finanzas y asegurarnos de mantener nuestras deudas al día. Ya las economías de varios países se están recuperando de la crisis del COVID, pero nosotros como individuos todavía tenemos que cuidarnos.

Si vamos a solicitar préstamos o créditos online, debemos siempre tener presente que estos son contratos donde ambas partes, prestamista y prestatario, deben cumplir los términos acordados de manera  oportuna y satisfactoria.