
La cuarta temporada de la serie de Netflix, protagonizada por Liam Hemsworth como Geralt, registró uno de los lanzamientos comerciales más débiles hasta la fecha para la producción. Según informes independientes, la audiencia durante la primera semana fue de aproximadamente 7,4 millones de reproducciones para el mercado de habla inglesa, una cifra significativamente inferior a la de temporadas anteriores.
Desde el punto de vista crítico, la temporada también sufrió en recepción: acumuló apenas un 53 % de aprobación en Rotten Tomatoes y una evaluación pública que alcanzó niveles bajos, con reseñas que criticaron el cambio de protagonista, el tono de la historia y la dispersión en la trama.
La plataforma y el equipo de producción anunciaron que la próxima quinta temporada será la última de la saga y que se está trabajando para acortar el intervalo entre lanzamientos, en parte para remediar la pérdida de impulso. Mientras tanto, la caída de audiencia y la recepción fría podrían influir en las expectativas para ese cierre.

