Justice League ha sido una de las películas más controvertidas del 2017. Si bien no fue terrible, muchos esperaban más de este filme, tanto en taquilla como en crítica. Sobre todo porque estaba llamado a ser el baluarte del universo cinematográfico de DC frente al avasallador éxito de las películas de Marvel.

La tibia respuesta del público frente a Justice League fue vista por algunos como consecuencia del cambio de directores. Zack Snyder había salido de la producción de la película en mayo del 2017, aparentemente por el fallecimiento de su hija, y fue reemplazado por Joss Whedon. Es a él a quien se le culpó por las inconsistencias en el guion de la película y por una serie de detalles que se fueron acumulando.

Pero nuevas versiones aseguran que Snyder no renunció por el fallecimiento de su hija. Por el contrario, fue despedido por Warner Bros debido a su mal manejo del proyecto de Justice League. Y la tragedia familiar fue luego utilizada para cubrir el despido y darle una salida digna a Snyder.

Esta versión fue corroborada por los periodistas Josh L. Dickey y Matt Goldberg, quienes han estado cubriendo este y otros asuntos en Hollywood desde hace varios años. Dickey soltó primero esta información en Twitter, aprovechando su retiro, y buscando revelar secretos de la industria en el proceso. Goldberg la corroboró posteriormente en su medio Collider.

Es más, este último asegura que la versión inicial de Justice League de Snyder era “imposible de ver”, según sus propias fuentes. Todo esto había sido “enterrado bajo la alfombra”, debido a la tragedia familiar del director de 300 y Watchmen, y buscando no perturbar la tranquilidad que necesitaba en ese penoso momento.

Pero de ser ciertas estas versiones, Snyder sí sería el responsable de la pobre reputación del DCEU y de parte de Justice League. Por lo pronto el continúa como productor en películas como Aquaman y Wonder Woman 2, pero no está programado ponerlo a dirigir películas para este universo cinematográfico en un futuro cercano.