Agent

Dan Houser, exvicepresidente creativo de Rockstar, explicó que el juego “Agent”, anunciado como un título de espionaje en mundo abierto, pasó por unas cinco versiones distintas antes de ser cancelado. Argumentó que ninguna de esas iteraciones logró un funcionamiento satisfactorio dentro del esquema de mundo abierto al que Rockstar está acostumbrada.

El problema, según él, radica en que los juegos de espionaje se basan en historias rápidas y dirigidas —como las películas de espías— con misiones urgentísimas que requieren un sentido de inmediatez. Pero el formato de mundo abierto tiende a ofrecer libertad, exploración y momentos de “estar ahí haciendo lo que quieras”, lo que conflictúa con ese diseño lineal o estructurado que el espionaje exige.

Houser mencionó que a veces “se queda acostado pensando en ello”. También comentó que, en su opinión, los juegos donde uno “hace lo que quiere” funcionan mejor cuando el jugador es un criminal libre, pues no hay tanta presión externa o misión urgente que cumplir, en contraposición al rol de espía.