
Durante la Gamescom, Elden Ring: Tarnished Edition fue probado en la próxima Nintendo Switch 2, pero su rendimiento generó preocupación entre los asistentes. Según reportes, en modo portátil el juego alcanzaba los 20 fps en el mejor de los casos, llegando incluso a caer hasta 15 fps, lo que afectaba tanto la fluidez de la exploración como la precisión en los combates.
Medios especializados como IGN calificaron la experiencia de “desastre”, señalando que la baja tasa de cuadros hacía muy difícil disfrutar del título. A esto se sumó la polémica decisión de Bandai Namco de prohibir grabaciones directas del gameplay en su stand, lo que levantó sospechas sobre el verdadero estado de optimización del port en la consola.
Aunque la Switch 2 contará con mejoras técnicas, como chip Nvidia y soporte para DLSS y Ray Tracing, el caso de Elden Ring muestra que aún existen retos para que títulos de gran escala funcionen con estabilidad en el nuevo hardware. La duda ahora es si FromSoftware y Bandai Namco lograrán optimizar la experiencia a tiempo para el lanzamiento oficial.

