El director Koshi Nakanishi reconoció que Resident Evil 7 usó la perspectiva en primera persona para intensificar la inmersión y el terror, pero admite que fue posiblemente demasiado aterrador: algunos jugadores no lograron terminarlo o ni siquiera se animaron a empezarlo. Por ello, en Resident Evil Requiem se ha añadido desde el lanzamiento la opción de cambiar entre primera y tercera persona para facilitar que más personas puedan disfrutar del juego sin sentirse abrumadas.
La tercera persona actúa como una ligera retirada de la intensidad del horror más crudo al mostrar el personaje como un «avatar». Según Nakanishi, esta perspectiva ayuda a manejar mejor los momentos más aterradores, aportando distancia emocional y haciéndolos más tolerables para quienes prefieren un enfoque menos directo del miedo.
A pesar de mantener una atmósfera terrorífica —gustosamente comparable a las escenas más escalofriantes de la saga—, Resident Evil Requiem busca un equilibrio que no sacrifique la tensión pero sí permita al jugador adaptar la experiencia. La opción de alternar entre perspectivas sobre la marcha fomenta tanto la inmersión como el juego en tercera persona para quienes lo encuentran más cómodo o menos angustiante
