Como deben haber ya leído en mis críticas de la saga live-action de “Resident Evil”, no soy un gran fanático de las películas dirigida o producidas por el británico Paul W.S. Anderson y protagonizadas por Milla Jovovich. Tienen buenas ideas y, en algunos casos, vistosos efectos especiales, pero en general, difieren demasiado de los videojuegos como para considerarse como buenas adaptaciones, y resultan ser demasiado artificiosas y monótonas como para considerarse como buenas películas. No comenzaron del todo mal, pero fueron degenerando (heh) película a películas para culminar en una entrega final verdaderamente nefasta.

Sin embargo, para aquellos que queremos ver mejores productos, películas bastante más fieles a la fuente de inspiración original, más perturbadoras y terroríficas, tenemos las cintas animadas de “Resident Evil”. Digo yo, si es que Hollywood no es capaz de adaptar con cierta fidelidad estos videojuegos, al menos los japoneses podrán hacer un mejor trabajo, ¿no? Y resulta que la respuesta es afirmativa, cosa que se nota a leguas con la primera de estas adaptaciones, “Resident Evil: Degeneración”. Sí, es cierto que por momentos se siente más como una colección de cutscenes que como una narrativa coherente, y es cierto que los que no sean fanáticos de los juegos no encontrarán mucho que disfrutar en el filme, pero para los demás… bueno, definitivamente se trata de un producto infinitamente superior a las cintas de Anderson. Y eso ya de por sí merece ser aclamado.

La protagonista de “Resident Evil: Degeneración” es Claire Redfield, lo cual es ya una mejora en relación a las películas con actores de carne y hueso, en donde la protagonista es un personaje que no existe en los videojuegos… por alguna razón. Al comenzar la película, Clarie está relajada, habiéndose retirado del trabajo con anticipación, pero como deben imaginarse, su descanso no dura demasiado. El virtus-T se libera en un aeropuerto, comienzan a salir zombies por todas partes, y a Claire no le queda más que batallar a una horda de no-muertos, como en las viejas épocas de los videojuegos (asumiendo que en esta película son canon, lo cual, me imagino, debe ser, ¿no?) Se trata de una narrativa sencilla, pero cumplidora, una excusa para incluir la mayor cantidad de escenas de acción, suspenso y peleas con zombies posible.

Muy buena animación

De hecho, lo más impresionante de “Resident Evil: Degeneración” es la animación, tanto para estándares del 2008, como hoy en día. La película luce muy bien, tanto a nivel de diseño de personajes, como lo que se refiere a los zombies y las locaciones. Cada personaje —incluyendo a Claire, por supuesto— luce muy similar a los que aparecen en el juegos, y los zombies son suficientemente asquerosos y atemorizantes, como para que se conviertan en los antagonistas perfectos para la película. Es cierto que el movimiento de las bocas podría ser mejor —no siempre sincronizan bien con el audio— pero aparte de eso, no hay mucho de lo que me pueda quejar a nivel visual. Estoy seguro que hoy en día podrían hacer un trabajo incluso mejor, pero considerando que “Resident Evil: Degeneración” tiene diez años de antigüedad, está muy bien.

Las actuaciones de voz son muy efectivas también. Tanto Paul Mercier como Alyson Court le dan vida de manera muy creíble a Leon S. Kennedy y a Claire, respectivamente, lo cual le añade mucha tensión a la historia y a ciertas secuencias de terror. El diseño de sonido es muy similar a lo que uno encuentra en los juegos, y la música incidental —o soundtrack—, aunque poco memorable, al menos complementa de manera eficiente a lo que uno ve en pantalla. Evidentemente el foco de “Resident Evil: Degeneración” no está en el desarrollo de los personajes ni en sus conflictos internos —acá lo importante es la trama, la acción y el terror— por lo que las actuaciones de voz anteriormente mencionadas ayudan a otorgarle personalidad a cada protagonista, características que podrían faltar en el guión.

Es cierto que el tercer acto de la película degenera (heh) a algo un poco distinto, de repente muy enfocado a la reacción del gobierno a un problema como el que la historia presenta, y quitándole algo de importancia a nuestros protagonistas, pero no se trata de un defecto que termine por malograr la experiencia en general de ver “Resident Evil: Degeneración”. De hecho, sigue siendo mucho mejor que cualquiera de las películas dirigidas por Paul W.S. Anderson; dentro de su sencillez, es mucho más coherente, más entretenida, y nuevamente, mucho más fiel a los videojuegos.

Perfecto para fans

“Resident Evil: Degeneración” es una propuesta simple, pero extremadamente cumplidora. Las secuencias de acción y suspenso están expertamente escenificadas, hay sangre por todas partes, el diseño de los zombies es genial —todo lo que uno esperaría de un producto con el nombre de “Resident Evil”— y la animación es de alta calidad, especialmente para ser del año 2008. Puede que no tenga personajes particularmente complejos ni una trama muy interesante o profunda, pero “Resident Evil: Degeneración” hace lo que una buena adaptación de un videojuego debería hacer, ni más, ni menos: contar una historia llena de tensión y sangre que resulta ser muy fiel a su fuente de inspiración. Eso ya es, de por sí, más de lo que cualquiera de las películas dirigidas por Paul W.S. Anderson lograron hacer, y con mucho más presupuesto.