Luego de una racha relativamente larga de buenas películas de Pokémon, supongo que tiene sentido el que ahora nos encontremos con una secuela que se siente obligatoria, y por ende, termina siendo decepcionante. No todas las películas pueden sorprender como las últimas dos, hay que admitirlo, aunque sí me hubiese gustado que “Pokémon: Volcanion y la Maravilla Mecánica” no se sienta tanto como un pedazo de publicidad para la franquicia. Una cosa es que la gente de The Pokémon Company sienta la necesidad de sacar una película animada cada año para poder mantener la franquicia en la mente de sus fanáticos; otra es que se pongan a romper con la lógica interna de su mundo simplemente para… ¿incluir más criaturas? ¿Vender más figuras de acción? Quién sabe.

Lo cual, por supuesto, no quiere decir que la película haya sido hecha sin esfuerzo alguno, ni mucho menos. A nivel visual, por ejemplo, es bastante competente, haciendo uso de una animación muy fluida, interesantes diseños, tanto en lo que se refiere a los humanos como a los Monstruos de Bolsillo, y una calidad de imagen bastante alta. La música, adicionalmente, es suficientemente energética, acompañando la historia de manera eficiente, y manipulando las emociones del espectador para que, al menos, sientan alguito a la hora de ver la película. No se trata de la película más emotiva del mundo, pero me imagino que los más pequeños de la casa se entretendrán con lo que tiene para ofrecer.

En todo caso, vale la pena mencionar de qué se trata “Pokémon: Volcanion y la Maravilla Mecánica”. Esta vez, nos centramos en dos Pokémon legendarios, Volcanion y Magearna, quienes han sido amigos por mucho tiempo, viviendo en un santuario alejados de los humanos. Un día, sin embargo, Magaerna es capturado por un grupo de Cazadores Pokémon, y Volcaron persigue a la nave que tiene a su amigo en su interior. Desgraciadamente, es derrotado por dos Pokémon en sus formas Mega-evolucionadas, y cae cerca a nuestros protagonistas de siempre: Así Ketchum y sus amigos. Es así, como se deben imaginar, que ellos deben involucrarse en esta historia y tratar de ayudar a las dos criaturas legendarias, por más que estás no se lleven demasiado bien con los humanos.

Un villano para el olvido

Si hay una razón principal por la que “Pokémon: Volcanion y la Maravilla Mecánica” se siente inferior (¿o menos maravillosa?) a las últimas dos o tres películas anteriores, es que parece ser un regreso al tipo de historias que veíamos hace siete u ocho entregas. De hecho, la cinta tiene muchas similitudes con “Pokémon Por Siempre” (la cuarta película), desde la aparición de Cazadores Pokémon, hasta ciertas alianzas que se llevan a cabo entre humanos y criaturas de bolsillo. Si uno no ha visto todas las películas anteriores, o en todo caso, no recuerda mucho de las primeras aventuras, puede que esto no moleste demasiado, pero considerando que estas producciones son consumidas, principalmente, por fanáticos acérrimos de la saga, resulta lógico el pensar que se darán cuenta rápidamente de lo parecida que se siente a aventuras anteriores. En términos generales, parece que a los guionistas les hubiera dado flojera pensar en algo más original.

Adicionalmente, los personajes nuevos no son particularmente interesantes. De hecho, podría argumentarse que, por ejemplo, los villanos están muy mal desarrollados. Generalmente los antagonistas en estos filmes son personajes unidimensionales, pero que sin embargo, tienen motivaciones muy claras para justificar sus acciones. Sí, son malas o malos, pero al menos tiene una razón (por más estereotípica que sea) para explicar sus actos. En el caso de, Alva, lamentablemente, simplemente tenemos a un villano que es malo… porque sí. La película ni siquiera trata de explicar la razón detrás de sus opiniones, lo cual, francamente, es desconcertante. ¿Qué tan flojos pueden haber sido los guionistas y productores de la película?

Adicionalmente, vale la pena, también, regresar a lo que se mencionó líneas arriba: la película rompe con algunas de las reglas establecidas en los juegos y en el anime, y sin mayores justificaciones. Por ejemplo, uno de los puntos narrativos fuertes de la narrativa en “Pokémon: Volcanion y la Maravilla Mecánica” es la presencia de una tecnología que le permite a los Pokémon Mega-evolucionar en masa y al mismo tiempo… lo cual, considerando lo que sabemos de las Mega-Evoluciones, no tiene mucho sentido. Pero bueno, si estuviese bien explicado, y más importante, si tuviera algún tipo de justificación fuerte, tanto a nivel narrativo como temático y emocional, no fastidiaría mucho… pero no es así. Se trata de un concepto que podría haber sido reemplazado o cambiado sin que hubiesen muchas repercusiones. Toda una pena.

Ojalá regresemos a lo bueno

Sí, la acción no está del todo mal, y sí, la animación y la música son correctas, como se mencionó líneas arriba, pero no pude evitar sentir que “Pokémon: Volcanion y la Maravilla Mecánica” desperdicia personajes potencialmente intrigantes en una trama previsible, incoherente, y trágicamente parecida a lo que se ha visto antes. Y por supuesto, el que tengamos a un villano genérico y sin motivaciones creíbles tampoco ayuda. “Pokémon: Volcanion y la Maravilla Mecánica” es una decepción, no necesariamente porque sea terrible, si no más bien porque tira a un costado las innovaciones y novedades introducidas en entregas previas de la franquicia. Se trata de un desenlace medianamente entretenido pero bastante plano para la fase “X e Y” de la saga.