¡Estamos de vuelta con más películas de Pokémon! Cada vez estamos más cerca a la meta, lo cual, espero, quiere decir que la calidad de estas producciones va a ir mejorando. Al menos eso es lo que debería suceder si uno considera la gran cantidad de secuelas decepcionantes que he visto en los últimos meses —lamentablemente, no todos los filmes basados en la millonaria franquicia de Nintendo han sido muy buenos, y de hecho, se han ido tornando cada vez más repetitivos, siempre haciendo uso de la misma estructura y las mismas batallas finales. Entiendo que el público objetivo de estas cintas sea mayormente infantil, pero eso no quiere decir que no puedan ser un poquito más originales.

Esta vez, tenemos a “Pokémon: Arceus y la Joya de la Vida”, una secuela que, a pesar de no ser increíblemente distinta a las películas anteriores, al menos se siente un poquitín más innovadora, más que nada debido a la inclusión de un elemento de viaje en el tiempo. Sí, como siempre, tenemos a un Pokémon legendario principal, y un evento apocalíptico que nuestros protagonistas tienen que detener, pero en términos de cómo se desarrolla la trama, “Pokémon: Arceus y la Joya de la Vida” al menos trata de desviarse ligeramente de lo realizado por sus predecesoras. No es nada revolucionario, pero hey, al menos no se siente como un calco exacto de las otras entregas de la saga. Algo es algo.

Al comenzar, vemos a Ash Ketchum, Dawn y Brock llegando a un pueblo (obviamente) en donde son testigos de la resurrección de Arceus, un Pokémon legendario. Esta nueva bestia procede a atacar la aldea, la cual, felizmente, es defendida por un trío de Pokémon casi tan poderosos como él: Dailga, Palkia y Giratina. Las cuatro bestias comienzan a pelearse, y es durante esta trifulca que Dialga utiliza sus poderes para transportar a Ash y sus amigos al pasado, y obligarlos a cambiar los eventos que hicieron que Arceus odiara a los humanos.

¿Trataron de cambiar?

La trama no es nada del otro mundo, pero como se mencionó líneas arriba, la inclusión de un viaje en el tiempo le permite a la cinta hacer cosas un poco distintas. En todo caso, la historia se lleva a cabo de manera ligeramente imprevisibles, y le permite a nuestros protagonistas vivir eventos completamente diferentes a los que usualmente experimentan en su día a día (y en otras películas). Sí, sabemos que eventualmente cumplirán su cometido y podrán regresar al presente, pero la manera en que tienen que cambiar los eventos del pasado es suficientemente intrigante como para que no no se aburra. Da la impresión de que los guionistas quisieron ceñirse a la fórmula de estas películas, como siempre, pero que a la vez, al menos trataron de incluir un elemento narrativo distinto como para otorgarle algo de variedad al filme.

En términos de animación, “Pokémon: Arceus y la Joya de la Vida” no hace nada que sus predecesoras no hayan hecho mejor. Como siempre, la animación en 2D en cumplidora, pero no se mezcla del todo bien con los elementos en 3D —hasta ahora no entiendo por qué insisten en utilizar esta mescolanza, cuando lo ideal sería quedarse con las técnicas tradicionales, no más. Las batallas Pokémon son suficientemente energéticas, supongo, pero nuevamente —no son nada que las cintas anteriores no hayan hecho mejor. En todo caso, los poderes de estos legendarios son mostrados de manera colorida e intensa, como para que los miembros más pequeños del público no se aburran.

¡Conectada a las otras!

Adicionalmente, me gustó el que esta película esté un poco más conectada a los filmes previos que la mayoría de las secuelas. Sé que dichos filmes previos no me encantaron, pero tener algo de continuidad en estas películas siempre será algo que agradezca, especialmente dentro de una franquicia en donde el protagonista ni siquiera ha envejecido un día en más de diez años. Y lo mejor es que, si uno no ha visto las películas anteriores, los guionistas de esta nueva entrega incluyeron flashbacks y referencias a las mismas, como para que los nuevos espectadores no se pierden. No es nada del otro mundo, pero al menos resulta satisfactorio para quienes hayan seguido toda esta saga desde el principio.

Realmente no hay mucho más que pueda decir sobre “Pokémon: Arceus y la Joya de la Vida”. La trama no es nada del otro mundo pero hace un buen uso del concepto de viaje en el tiempo, la animación es meramente correcta, y los enlaces con películas anteriores le permiten a esta nueva entrega sentirse como parte de un “todo”, y no solo como una secuela más. “Pokémon: Arceus y la Joya de la Vida” no es ni la mejor película de la saga, ni la peor; lo fanáticos se divertirán, pero el resto, a menos que decidan verla con la mente súper abierta, probablemente se cansen luego de diez minutos. En todo caso, dudo que la cinta esté hecha para quienes sepan poco o nada sobre esta popular franquicia.