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REVIEW

Watch Dogs: Legion

Que se crashee menos, no más.

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Publicado: 01 de noviembre del 2020

Juegos estilo mundo abierto tenemos por montones y para todas las consolas. De hecho, se trata del género (o subgénero) más popular de los últimos años en el ámbito AAA, con varios exponentes como “The Witcher 3: Wild Hunt”, “The Legend of Zelda: Breath of the Wild”, o por supuesto, “GTA V”, vendiendo millones y millones de copias en varias consolas. Pero por más que muchos de estos juegos pertenezcan, también, a otros géneros, ya sea la fantasía o la ciencia ficción o la criminología relativamente realista, muchas veces terminan pareciéndose bastante entre sí, utilizando los mismos clichés y mecánicas y elementos que uno esperaría de ellos. Como suele pasar, una vez que un género en específico se hace inesperadamente popular, comenzar a introducir novedades se va haciendo cada vez más difícil.

Y aunque jamás me animaría a decir que “Watch Dogs: Legion” ha llegado para revolucionar los juegos tipo mundo abierto ni mucho menos, al menos puedo decir que la gente de Ubisoft, al menos, lo ha intentado. Lo que tenemos acá, de manera similar a sus dos predecesores, es un juego con bastante énfasis en el hacking y la utilización de gadgets, en donde los enemigos son corporaciones gigantes enfocadas en el avance tecnológico, así como otros hackers y entes gubernamentales que quieren utilizar la tecnología para controlar a la raza humana. Súmenle a eso una recreación tanto realista como futurista del Londres céntrico —creanme; ahí vivo— y un gameplay bastante sólido, y “Watch Dogs: Legion” se convierte en una experiencia suficientemente entretenida, que a pesar de no estar 100% pulida —ya les diré por qué—, al menos logra diferenciarse más de lo que esperaba de las dos entregas anteriores.

“Watch Dogs: Legion” comienza de manera prometedora. Es en el prólogo donde vemos como el Parlamento Británico es atacado y, en un montaje, la ciudad de Londres se adentra en un nuevo orden gubernamental, en donde los drones voladores están por todas partes, y los pobladores están siempre conscientes de DedSec y las autoridades oficiales. Se trata de una narrativa bastante tradicional para este tipo de juego, la cual se lleva a cabo en un futuro cercano, y dice mucho sobre los miedos que tenemos hacia las nuevas tecnologías, y más importante, cómo pueden ser utilizadas por gente poco responsable. No es nada revolucionario, pero cumple su cometido, y se ve complementada por las cualidades atmosféricas y visuales de “Watch Dogs: Legion”.

La mayor novedad en “Watch Dogs: Legion” a nivel de gameplay, es que en vez de controlar a un protagonista en específico, como en juegos anteriores, uno termina utilizando a un grupo de personajes. Al comenzar, uno puede elegir a un personaje de entre varios, todas personas comunes y corriente y sin mayores habilidades, y mientras se va avanzando en el juego, puede reclutar a más gente para que formen parte de DedSec. Se trata de un sistema de reclutamiento bastante efectivo, el cual ayuda a que esta versión virtual de Londres se sienta más real, poblada por gente con personalidades y habilidades muy específicas, muchas de las cuales resultan útiles para efectos de lo que uno tiene que terminar haciendo en “Watch Dogs: Legion”.

El problema de esto, sin embargo, es precisamente que “Watch Dogs: Legion” carece de un o una protagonista fuerte. Sí, se puede argumentar que igual uno pierde seguir la línea narrativa del juego desde la perspectiva de este grupo de personajes, pero ciertamente no es lo mismo que tener a una sola figura central, con objetivos propios, una personalidad mejor definida, e interacciones más interesantes con NPCs y villanos. Además, muchos de los personajes comunes y corrientes terminan pareciéndose mucho entre sí, especialmente en lo que se refiere a lo que pueden hacer a nivel de gameplay. Sin embargo, también tenemos a personajes especiales, con poderes más impresionantes —hasta casi de ciencia ficción—, quienes le permiten a uno acercarse diferentes situaciones de distintas maneras.

Esa libertad, de hecho, es lo que hace que “Watch Dogs: Legion” se diferencie un poco de otros juegos de similar corte. Evidentemente, la libertad en términos generales es lo que define a cualquier tipo estilo mundo abierto —a lo que me refiero, más bien, es a las diferentes opciones de ataque que uno tiene a la hora de adentrarse en una misión. Dependiendo del personaje que uno esté utilizando —y de sus habilidades —, uno puede entrar a ciertos lugares y matar a medio mundo con sus armas, pero también puede usar el stealth. Y más importante, uno puede hackear de manera casi inmediata a las cámaras y drones que lo rodean, para distraer guardias, atacarlos, hacer que elementos en el escenario exploten, entre otras opciones. Es en estas situaciones donde la pasé mejor —el hackear todos estos objetos para finalmente poder cumplir con la misión de turno —conseguir información, quitarle un objeto a un NPC, entre otros —termina siendo muy satisfactorio.

Curiosamente, y a pesar de que Londres está muy bien recreado —me resultó particularmente divertido encontrar lugares por los que he paseado o por los que he pasado cada vez que he ido al centro de la ciudad—, el pasear por diferentes lugares de la ciudad no resulta tan importante como las misiones en las que uno participa. Por ejemplo, no hay muchas secciones de manejo de carro, y cuando uno se involucra en ellas, no se sienten como parte integral de la experiencia —el que los controles sean bien de arcade no ayuda, por ejemplo, ni el que el atropellar a gente a cada rato o destruir faroles, semáforos y demás elementos en las calles no tengan consecuencia alguna. El Londres de “Watch Dogs: Legion” luce bien, pero admito que la pasé mejor durante las misiones individuales —ya sean las opcionales para reclutar nueva gente, o las obligatorias a nivel narrativo— que durante las (breves) secciones de exploración.

Por otro lado, vale la pena mencionar que el juego cuenta con un sistema de upgrades bastante tradicional. No, afecta las habilidades individuales de cada jugador —son demasiados, después de todo, especialmente si es que uno decide ponerse a reclutar como loco—, pero al menos ayudan a que el grupo en general obtenga mejores destrezas. Uno puede mejorar la manera en que hackea los drones, la velocidad en que recarga armas, entre otros. No es nada revolucionario —nuevamente—, pero ciertamente ayuda a otorgarle cierta sensación de progresión al juego que, junto a las diversas misiones en las que uno se involucra, así como el reclutamiento de nuevos personajes —los cuales pueden ser contactados literalmente en cualquier momento y en cualquier calle de Londres—, ayuda a redondear la experiencia de jugar “Watch Dogs: Legion”. 

Lo que sí se siente más revolucionario —o en todo caso más novedoso—, es la manera en que el juego maneja la muerte… o la incapacitación temporal de los personajes. “Watch Dogs: Legion” cuenta con dos modos del juego —o dificultades. En la más fácil, no existen la muerte permanente, y cada vez que uno de los miembros de DedSec es asesinado o capturado, termina en el hospital o en la cárcel, lo cual, en término prácticos, hace que uno no puede jugar con ellos por una determinada cantidad de tiempo. En la dificultad más alta, sin embargo, toda muerte es permanente, lo cual evidentemente hace que uno pierda a ciertos personajes —y sus habilidades —para siempre. Ahora bien, “Watch Dogs: Legion” es un juego muy difícil, por lo que sobrevivir no resulta muy complicado —especialmente porque, como muchos juegos contemporáneos, uno puede regenerar vida luego de ser atacado. No obstante, el tener este modo estilo permadeath no es mala idea, y de hecho puede resultar atractivo para los gamers más veteranos (o los fanáticos más acérrimos de esta franquicia).

A nivel técnico… tengo sentimientos encontrados sobre “Watch Dogs: Legion”. Por un lado, como he mencionado ya varias veces, la recreación de Londres en el juego es notable. Obviamente no es 100% fidedigna, pero tampoco está intentando serlo —se trata de una versión ligeramente futurista de la ciudad, que cuenta con la mayoría de sus edificios y lugares icónicos, pero que también incluye ciertas novedades que son importantes para la trama. Desgraciadamente, y a pesar de que tanto las locaciones como los personajes lucen suficientemente bien, me encontré con varias fallas técnicas a la hora de jugar “Watch Dogs: Legion” en mi Xbox One S, las cuales espero puedan ser corregidas con parches en el futuro. En pocas palabras: el juego sufrió tres crashes durante mis primeras dos horas de juego, lo cual resultó en el juego reseteándose solo y sin mayores explicaciones. E incluso al seguir jugando, esto volvió a suceder al menos un par de veces más. Entiendo que “Watch Dogs: Legion” es un juego complejo y grande, pero me encantaría que Ubisoft —y cualquiera otra desarrolladora AAA— lanzara sus juegos importantes sin este tipo de errores, los cuales, aparentemente, incluso han resultado en consolas brickeadas (al menos en el caso de la Xbox One X). Así que tengan cuidado, por favor.

“Watch Dogs: Legion” es más o menos lo que esperaba de la tercera entrega de esta franquicia. Se trata de un juego estilo mundo abierto con controles sólidos, gráficas atractivas y una narrativa suficientemente interesante, que logra introducir algunas novedades —el sistema de reclutamiento, un modo de permadeath, el hackear drones— como para que no se torne en una experiencia previsible o sosa. Sin embargo, la ausencia de un protagonista interesante y bien definido, las secciones de exploración poco interesantes, y más grave, los problemas de performance (los crashes con los que me encontré fueron realmente desesperantes) hacen que el juego en general no se sienta como una experiencia obligatoria, especialmente considerando los nuevos juegos AAA de la nueva generación que se estrenarán en los meses que vienen. “Watch Dogs: Legion” es un título divertido y visualmente atractivo —más o menos igual de agradable que sus dos predecesores, sin llegar a ser particularmente original o novedoso.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la Xbox One brindado por Ubisoft.

7.5 Muy Bueno

Lo positivo:

  • Gráficamente atractivo y fluido
  • Buena recreación virtual del Londres céntrico
  • Divertidas mecánicas de hackeo y stealth
  • Algunas novedades en comparación a los juegos anteriores

Lo negativo:

  • Demasiadas fallas técnicas
  • Las misiones son más divertidas que la exploración
  • No hay un único protagonista bien definido
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