Publicado: 06 de junio del 2017
El día en que decidí empezar a hacer videojuegos, aunque esto fuese de manera ocasional cuando me doy un tiempo por el trabajo, pasó por mi mente la idea de hacer uno que refleje lo que vive un paciente con un transtorno mental severo. La verdad no me imaginé que gracias a The Town of Light vería tan pronto un título que lo logre.
The Town of Light es un título de la desarrolladora independiente LKA.it que se ha dado el trabajo de hacer investigación sobre cómo funcionaban muchos hospitales psiquiátricos en la primera mitad del siglo XX, tomando como referencia al Hospital Psiquiátrico de Volterra, situado en el municipio del mismo nombre, en la Toscana, clausurado a finales de los años 70 por una ley dictaminada por el gobierno italiano, que buscaba erradicar los centros en los que se trataba a los pacientes en condiciones infrahumanas. En los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, este tipo de centros que había ganado popularidad antes del descubrimiento de la clorpromazina (lo cual propició la denominada «Cuarta Revolución de la Psiquiatría»), llegó a albergar hasta 6000 pacientes , teniendo algunos métodos que hoy veríamos como bastante cuestionables, pero que en su momento eran los únicos con los que se podía tratar a los pacientes con transtornos mentales y tener relativa efectividad.
Es así que este juego vio la luz el año pasado luego de ser bien recibido en Steam Greenlight, teniendo incluso soporte para Oculus Rift y recibiendo críticas mixtas. En esta ocasión, LKA.it nos trae una nueva versión con diversas mejoras, y con versión tanto física como digital para las consolas PlayStation 4 y Xbox One, gracias a la colaboración que tuvieron de parte de Wired Production y THQ Nordic.
Para los juegos que nos ha venido trayendo este 2017, The Town of Light se presenta como una alternativa nueva e interesante para salir de la rutina de los juegos más recientes que hemos estado viendo en la consola. ¿Valdrá la pena explorar esta historia?
The Town of Light es una aventura gráfica en primera persona que nos cuenta la historia de Reneé, una adolescente de 16 años que fue llevada Hospital Psiquiátrico de Volterra, a donde ha sido llevada por motivos que iremos conociendo conforme avance la trama y vayamos descubriendo partes de su pasado, descritas e ilustradas en su diario. Por medio de flashbacks, empezará a descubrir lo que experimentaba en sus días en el manicomio, en medio de la lucha por saber si sus recuerdos eran reales o alucinaciones producidas por su estado mental.
Sí. Sé que la idea inicial no es la más original, pero en lo que se diferencia The Town of Light de otras propuestas es lo sombría que se vuelve la historia conforme avanza. La crudeza, pero a la vez seriedad con la que se toma el asunto, no nos permite tomar a la ligera la historia y nos lleva a querer saber mucho más.
Aquí destaca el excelente trabajo que han hecho para contarnos la historia, que si bien la van dividiendo en capítulos, no corta la ilación en ningún momento de la trama. Además de acuerdo a las respuestas que vamos dando, podemos ramificar la historia y, aunque el final resulta ser el mismo, la forma en que se llega a él varía de acuerdo a las opciones que hayamos elegido.
Más que el final, en The Town of Light lo importante es el camino.
Cada una de las bifurcaciones de la historia sirve para ilustrar las fases del transtorno de Reneé; el cual, con los datos que nos presenta me costaría determinar si era de Transtorno Bipolar o de Transtorno Esquizoafectivo. El punto es que contaba con fases depresivas, fases maniacas (las cuales Reneé le cuesta recordar) además de fases delusivas en las que no se puede distinguir lo que es real de lo que es una alucinación. Para poder reconocer la fase (la cual podemos orientar de acuerdo a las decisiones que tomemos) simplemente podemos entrar al menú de Sinopsis y ver la parte inferior.
Les tomará unas cuatro horas culminar el juego, aunque el tener algunas líneas argumentales adicionales y secretos por descubrir les brindará algún rato más. ¿Cuánto? Pues puedo decirles que es tan poco que jugando por algunas horas durante dos días pude platinarlo.
Nada, o muy poco, sería la historia sin mostrarse de manera mucho más explícita a través de las ilustraciones.
Gracias a ellas, tenemos cutscenes con estilo de dibujo a mano bastante logrados que nos consiguen transmitir el sufrimiento de Reneé en medio de todo lo que ocurría a su alrededor, incluso más por las partes en las que no se daba cuenta de lo que le pasaba. Tenemos paisajes fotorrealistas que nos sumergen en la Toscana italiana de los 40’s del siglo pasado. Tenemos efectos visuales y dibujos perturbadores, que sirven para proyectar las experiencias desencadenantes del trastorno.
Es curioso que el nivel de investigación sobre los trastornos mentales haya llegado al punto de usar los típicos dibujos de pacientes psiquiátricos (se conocen por cómo responden al test DFH de Karen Machover). Como agregado, los graffitis en las paredes están representados tal cual están en la vida real.
La respuesta no es tan sencilla como pareciera. Si tomamos en cuenta que el objetivo de un juego es entretener, quizá The Town of Light podría no cumplir con ese requisito (a menos que tengas un mórbido placer por observar las miserias humanas y regocijarte con ellas).
Es más bien una aventura por descubrir el final de una historia amarga, no por el final en sí mismo, sino porque puedes compadecerte de las cosas que le ocurrían a Reneé. No hay enemigos que atraviesan paredes ni escopetas con las que dispararles. El «enemigo» es la historia, que te estremece y te da de bofetadas con la más cruda realidad. Si eres de los que esperaba un perro zombie, este juego no es para ti; pero si te atreves a explorarlo, este juego te puede enfrentar a situaciones más incómodas que un perro con un virus mutante.
Fuera del tema sobre si es o no un juego, es cuando queremos jugarlo que empiezan los problemas. Y es que una experiencia como The Town of Light sólo podía verse opacada por su jugabilidad y lamentablemente es ahí donde encontramos algunos problemas. Para empezar, se nota que el juego fue pensado para que el jugador realice interacciones apuntando objetos con un mouse. El stick del DualShock 4 resulta bastante impreciso al punto de a veces tener que hacer varios intentos para poder encender la luz en alguna habitación.
Recordemos que el juego ya había salido el año pasado para Steam, habiendo pasado un respectivo período en Greenlight. Si tiene algunos problemas corriendo en PS4, no quiero ni imaginarme cómo los habrá tenido en su versión anterior que tenía compatibilidad con Oculus Rift.
Además de estos problemas, tenemos los técnicos como el bajón espontáneo de framerate, que hacen que se pierda la percepción de movimiento (es decir que caen por debajo de los 24 fps de manera sostenida).
Por otro lado, los tiempos de carga son terriblemente extensos. Recuerdo haber ido a prepararme un té mientras elegía un capítulo del juego y cuando regresé (aproximadamente en 5 minutos) el capítulo seguía cargando. Para colmo, las voces programadas terminaban cargando primero y se reproducían sin que el capítulo haya terminado de cargar.
Todo esto impacta en la inmersión que produce el juego y se vuelve por momentos bastante incómodo.
Habiendo llegado a este punto, podemos decir que…
The Town of Light es un oscuro viaje que trasciende los límites de la cordura para graficarnos con crudeza lo que siente una persona con transtorno mental. Su narrativa y estilo gráfico sin duda pueden perturbar incluso al más sosegado de los jugadores, pero a la vez sus deficiencias técnicas pueden terminar quitando la inmersividad que tan bien logran por momentos.
Nota: El análisis de The Town of Light fue realizado con un código de descarga digital brindado por LKA.it en su versión para PS4.
Lo positivo:
Lo negativo: