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Project CARS 3 (Xbox One y PlayStation 4) – Análisis

Mejor esto que correr contra Vin Diesel.

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Publicado: 07 de septiembre del 2020

¿Se acuerdan de los dos primeros juegos de “Project CARS”, en donde la gente de Slightly Mad Studios priorizó el realismo por sobre cualquier otro aspecto, desarrollando un par de juegos que se acercaban a ser simuladores propiamente dichos? Pues parece que no les fue muy bien que digamos con dicho estilo, ya que para la tercera entrega, apropiadamente titulada “Project CARS 3”, decidieron hacer todo lo opuesto. Lo que tenemos acá es un juego más estilo arcade, el cual resulta suficientemente entretenido y rápido, pero que en términos generales, ni siquiera parece pertenecer a la misma serie que las primeras dos partes. Se trata de un cambio inesperado, el cual podría terminar por decepcionar a más de un seguidor de la franquicia.

Lo más interesante de “Project CARS 3”, en todo caso, es que parece haber utilizado uno que otro elemento de las dos primeras entregas, cambiándolas para que queden prácticamente irreconocibles, y deshaciéndose de elementos de gameplay que funcionaron perfectamente anteriormente, pero que supongo no tendría mucho sentido incluirlos en un juego que trata de ser mucho más ligero y mainstream. Ya no tenemos, pues, un modo de campeonato detallado y complejo, ni un estilo de gameplay que trate de ir por la misma línea de los simuladores más conocidos del mercado. El único aspecto donde “Project CARS 3” trata de ser realista es en el visual; en lo demás… pues digamos que no podría sentirse más diferente a las dos entregas que ya todos conocen.

“Project CARS 3” cuenta con varios tipos de eventos, muchos de los cuales terminan siendo bastante breves y rápidos de completar —se nota que es un juego que está tratando de ser muy accesible, como para que los jugadores puedan entrar de cuando en cuando y tener sesiones de juego bastante breves. De hechos, se siente como algo que se encontraría en una consola como la Switch, en donde las sesiones de juego breves tienen sentido (considerando que se trata de un sistema parcialmente portátil). En consolas como la Xbox One y PlayStation 4, sin embargo, se siente ligeramente fuera de lugar, especialmente cuando los modos como los de Time Trial parecen estar hechos a medias.

Vale la pena mencionar que cada evento tiene tres objetivos muy específicos para cumplir —mientras uno va cumpliéndolos, va subiendo de tier, lo cual no estaría del todo mal si es que hubiese que concentrarse únicamente en un carro. Pero ese no es el caso. En “Project CARS 3”, uno tiene que ir variando de coche, utilizando los que corran mejor en diferentes eventos y tipos de pista, por lo que la subida de niveles y de tier se puede ir sintiendo algo lenta y tediosa, especialmente cuando uno se entera, eventualmente, que puede usar dinero (dentro del juego; es decir, dinero falso, no real… ¡felizmente!) para “comprar” tiers. Se siente casi como hacer trampa, lo cual es entendible, considerando que querían hacer que “Project CARS 3” sea más accesible… pero igual puede resultar algo frustrante.

Por otro lado, sí disfruté bastante de las opciones de customización y mejoras para los carros… por más de que, en este aspecto, también haya sido abandonado el realismo. Lo gracioso es que en “Project CARS 3”, cualquier tipo de carro puede ser transformado de tal manera que funciona en un terreno donde normalmente no debería correr bien, lo cual podría transformar a la diferenciación entre carros —o marcas, o modelos— en algo algo inútil. Pero muy aparte de eso, resulta divertido ver todas las opciones de tuning —las cuales tienen que ser compradas con el dinero virtual del juego—, así como cambiar las llantas o el aspecto general de cada vehículo. No se trata de un sistema súper completo y detallado, pero ciertamente cumple su cometido.

¿Qué hay del gameplay, sin embargo? Pues es ahí donde se nota a leguas que “Project CARS 3” ha sido desarrollado como una propuesta mucho más casual, abandonando el realismo de los dos juegos previos, para entregarnos una experiencia más de arcade. El juego se controla bien —los inputs responden sin mayores problemas, y cada carro se mueve de manera suave y satisfactoria. Pero donde se nota hay una diferencia es en las distinciones entre cada vehículo —son mucho más sutiles ahora, y se van haciendo cada vez menos importantes mientras uno va customizando los carros. La inteligencia artificial de los oponentes, por otro lado, no es muy inteligente que digamos. La dificultad de los eventos varía de manera frustrante, y los oponentes pueden ser o muy buenos, o increíblemente estúpidos. Esto, evidentemente, contribuye a que “Project CARS 3” se sienta menos verosímil; uno nunca siente que está corriendo junto a personas reales —a menos, claro, que se utilice la opción de multiplayer online, la cual funciona de manera correcta.

Todo esto, combinado con el hecho de que las llantas ahora no se gastan y la gasolina no se acaba, hace que el juego le permite a uno manejar como quiera, sin tener que considerar ciertos elementos que convertían a las carreras de los títulos anteriores en experiencias más intensas (como la utilización de pit stops, por ejemplo). Y si quieren algo incluso más light, modos como el de Breakout, en donde uno tiene que atravesar y destruir diferentes tablas que valen diferentes puntos, ciertamente simbolizan el estilo muy diferente de esta entrega, en comparación a las primeras dos. Nuevamente, no es algo malo per se, pero los fanáticos de la franquicia de “Project CARS” que seguro estaban esperando algo similar a los juegos anteriores, probablemente terminarán bastante decepcionados.

Eso sí, a nivel técnico, “Project CARS 3” no me decepcionó en lo absoluto. Puede que el gameplay y los controles hayan abandonado el realismo de los dos juegos previos, pero la gente de Slightly Mad al menos parecen haberse esforzado al máximo para que “Project CARS 3” luzca lo mejor posible. Los carros se ven realmente increíbles, muy detallados y similares a los que uno vería en franquicias más famosas de similar corte, y las pistas lucen suficientemente realistas, haciendo uso de increíbles efectos de luz y texturas de alta resolución. Incluso los sonidos que emiten los carros están muy bien, y son diferentes dependiendo del vehículo que uno maneja, pero también del tipo de pista en la que se encuentra. Y como se deben estar imaginando ya, no me encontré con ningún tipo de problema de performance técnico al jugar “Project CARS 3” en mi Xbox One —asumo, entonces, que el juego debe correr igual de bien en una PlayStation 4, y en las versiones más avanzadas de cada consola (el One X y la PlayStation Pro).

El caso de “Project CARS 3” es muy interesante. Se trata de un juego que parece estar avergonzado de lo que sus predecesores solían hacer, y por ende, intenta ser algo completamente diferente, por más de que, en ciertos aspectos, todavía se noten las bases que fueron cimentadas por los dos juegos anteriores. “Project CARS 3” ni siquiera intenta ser un simulador —lo que tenemos acá es un juego mucho más casual, con muchas influencias de títulos arcade, que se controla de manera sencilla pero satisfactoria, y que hasta incluye modos de juego que en los dos primeras juegos se hubiesen visto muy fuera de lugar. Visualmente alucinante y sonoramente espectacular, “Project CARS 3” termina siendo, no obstante, un título con un problema de identidad —divertido, sí, pero algo inconsistente y hasta menos completo que sus predecesores. Si esperaban jugar algo parecido a las dos primeras entregas de la franquicia, ni se acerquen a “Project CARS 3”; pero si no les importa tener una experiencia más ligera y mainstream, puede que la pasen bien con este juego.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Bandai Namco Entertainment.

7 Bueno

Lo positivo:

  • Visualmente espectacular
  • Controles suaves y satisfactorios
  • Buena variedad de eventos
  • Accesible y súper mainstream

Lo negativo:

  • Se abandonó el realismo
  • Muy diferente a los dos juegos anteriores
  • No hay tantas opciones de customización
  • Inteligencia artificial irregular
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