Imagen de
REVIEW

«Pretending I’m a Superman: The Tony Hawk Video Game Story» – nostalgia noventera a la vena

Un entretenido documental sobre la legendaria franquicia de videojuegos.

Comparte:

Por

Publicado: 18 de agosto del 2020

Si son de la generación de los 90s, recordarán perfectamente a los juegos de “Tony Hawk’s Pro Skater”. Después de todo, estaban en todas partes, y de hecho, ayudaron a que el deporte del skateboarding se vuelve más popular, atrayendo a un público que, poco tiempo atrás, jamás se hubiera aventurado a salir a la calle con su patineta. E incluso aquellos que no tuviesen ganas de practicar el deporte real, podían convertirse en verdaderos fanáticos de los juegos, realizando trucos de todo tipo, acumulando puntos, y siendo partícipe de momentos verdaderamente locos, que solamente podrían verse en un videojuego. Sí, era una época “extrema”, y sí, la pasábamos muy bien.

Pretending I’m a Superman: The Tony Hawk Video Game Story”, el documental dirigido por Ludvig Gür, trata de explicar la razón de ser de todo lo anteriormente mencionado, y en términos generales, no lo hace mal. Lo que tenemos acá, pues, es un filme que, en poco más de una hora, establece la historia del skateboarding y el estado en el que se encontraba el deporte a mediados de los 90s, y explica el desarrollo de los juegos de “Pro Skater”, así como la popularidad de los mismos, y de Tony Hawk como atleta. Es bastante contenido, y aunque hacia el final uno se queda con ganas de ver más y saber más, no se puede decir que el documental termine decepcionando. De hecho, tanto los fanáticos de los juegos como del skateboarding deberían quedar más que satisfechos con “Pretending I’m a Superman”.

El documental comienza estableciendo, de manera muy rápida, la historia del skateboarding: su época de auge en los 70s (sí, en serio), y los altibajos en los 80s y 90s, los cuales culminaron en la creación de los “X Games”, evento que introdujo el deporte a un público más mainstream, y ayudó a que Tony Hawk se convirtiera en una verdadera estrella. Es luego de esto que vemos como Tony comienza a trabajar en los juegos junto a la gente de Activision y Neversoft, y que nos explican lo influyentes que terminaron siendo los primeros tres juegos en particular, tanto en los gamers de la época, como en la cultura popular en general. Para eso, no solo tenemos entrevistas con el mismísimo “Hawkman”, si no también con skaters como Rodney Mullen, Chad Muska, Eric Koston, y Aaron Snyder; el cofundador de Neversoft, Mick West, y hasta el Padre del Gaming competitivo, Walter Day.

Definitivamente se esforzaron por incluir a la mayor cantidad de gente relevante para el tema, lo cual resulta en una serie de declaraciones e historias muy variadas. Tony, humilde como siempre, llega a confesar, incluso, que le debe una buena parte de su fama a los juegos, y otros skaters, como Jamie Thomas, hablan sobre las dudas que tenían en relación al proyecto en un inicio. Tony, en particular, hace un buen trabajo detallando el proceso por el que tuvo que pasar para congeniar con la gente de Neversoft, explicando su rol como consultor para el primer juego, y hasta mencionando que la demo que finalmente lo convenció de participar, incluía a un John McClane (de las películas de “Duro de Matar”) patinando con una metralleta en la espalda. Hubiera sido genial ver eso en pantalla, pero aparentemente dicha demo ya no existe.

Aparte de los atletas y los ex-miembros de Neversoft, “Pretending I’m a Superman” también incluye entrevistas con bandas como Goldfinger (obviamente, considerando el título del documental), Primus o Bad Religion. Entiendo que las bandas sonoras de estos juegos —especialmente los tres primeros— son parte de la identidad de la franquicia y son adoradas por la mayoría de fanáticos —incluyendo a su servidor—, pero estas secciones están insertadas de manera algo torpe, sintiéndose como un tema aparte que no fluye del todo bien con el resto del documental. Además, considerando la gran variedad de legendarias bandas que han participado en esta franquicia (Rage Against the Machine, Powerman 5000, Papa Roach, Dead Kennedys, y más), me hubiese encantado ver más entrevistas con sus miembros —de hecho, el tener más bandas hubiese ayudado a que sus secciones se sintiesen menos forzadas dentro de la estructura del documental.

A nivel de dirección, sin embargo, Ludvig Gür hace un buen trabajo a la hora de incluir la mayor cantidad de material posible, haciendo que “Pretending I’m a Superman” se mueva a un excelente ritmo, sin llegar a aburrir al espectador, pero también sin saturarlo de datos o imágenes. El filme comienza con una introducción muy al estilo de los videos de skateboarding de los 90s, para luego utilizar varios recursos durante sus diferentes secciones —material de archivo, imágenes de arte conceptual de los juegos, entrevistas con skaters legendarios y contemporáneos (salen desde Chad Muska hasta Jordyn Barratt) y más. Me gustó, por ejemplo, la manera en que utilizó la grabación de los “X Games” cuando Tony realizó la 900 por primera vez —se trata de un momento inspirador, que simboliza el gran momento que vivía el skater en aquella época, pocos meses antes de la salida de primer juego para la PlayStation.

No obstante, también es cierto que, por momentos, “Pretending I’m a Superman” trata de hacer demasiado, y por ende, lo deja a uno con ganas de ver más, sintiendo que se quedó un poco en la superficie. El documental ahonda bastante en la realización de los dos primeros juegos, por ejemplo (¡hasta vemos imágenes de archivo de Tony en un traje de motion capture!), pero no le dedica mucho tiempo que digamos a las otras secuelas y spin-offs. Adicionalmente, por más que se nota que “Pretending I’m a Superman” es una suerte de homenaje a la franquicia y a Tony, me hubiese gustado un poco más de autocrítica. Mencionan muy brevemente a “Tony Hawk: Ride” y “Tony Hawk: Shred” (aunque Tony admite que el primer periférico salió antes de que estuviese listo, y que el segundo salió cuando ya nadie quería usar accesorios de plástico), e ignoran completamente a los títulos desarrollados por Robomodo (incluyendo al infame “Tony Hawk’s Pro Skater 5”). Balancear más lo positivo con lo negativo hubiese resultado en un producto final más honesto e interesante, y no simplemente en un documental tipo feel-good.

Pero al final del día, quizás lo único que querían hacer era mostrar todo lo bueno que hizo la franquicia de “Tony Hawk’s Pro Skater”: la manera en que introdujo el skateboarding a la cultura popular occidental; cómo popularizó a bandas como Bad Religion o Goldfinger; la forma en que desarrolló un nuevo subgénero de videojuegos, “inspirando” a un sinnúmero de copias basadas en deportes como el snowboarding, el BMX y hasta el surf; y por qué no, cómo ayudó a convertir a Tony Hawk en una celebridad millonaria, que hasta el día de hoy es reconocido en las calles y los skateparks estadounidenses (aunque según el mismísimo “Hawkman”, muchas veces la gente no logra identificarlo del todo bien). Se trata de una serie de juegos que significó mucho para toda una generación de gamers (¡la mía!), y que hasta ahora es recordada con cariño. Dicho cariño se hace evidente en “Pretending I’m a Superman”.

Sí, me hubiese gustado que ahonden un poco más en el desarrollo de los juegos, mostrando imágenes de las demos y del trabajo en las oficinas de Neversoft. Sí, me hubiese encantando que hablen más sobre las secuelas, y especialmente de las que últimas que no funcionaron del todo bien (ni creativa ni monetariamente). Y sí, hubiese sido ideal si “Pretending I’m a Superman” durase un poco más; 71 minutos no es mucho tiempo que digamos, y un documental de hora y media de duración hubiese sido un poco más satisfactorio y menos superficial. Pero incluso tomando todo eso en cuenta, no puedo negar que “Pretending I’m a Superman: The Tony Hawk Video Game Story” me dejó con ganas de jugar los juegos (lo cual no será difícil, considerando que los remakes de “Tony Hawk’s Pro Skater 1 + 2” salen en un par de semanas; ¡qué conveniente!), y hasta de salir a la calle a probar suerte con una patineta. Se trata, pues, de un nostálgico, divertido e interesante homenaje a la cultura del skateboarding, a los videojuegos de deportes extremos, y al mismísimo Tony Hawk. Si tienen algún interés en cualquiera de esos temas, la pasarán muy bien con “Pretending I’m a Superman: The Tony Hawk Video Game Story”.

8 Muy Bueno
Comparte: