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BloodRayne: Deliverance (2007) – más seria, pero menos divertida

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Publicado: 02 de diciembre del 2017

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Con House of the Dead 2 nos metimos en el mundo de las películas hechas para televisión. Con BloodRayne: Deliverance, nos adentramos en el mundo de las cintas directas a DVD… hasta cierto punto. Aunque, en ciertos países como los Estados Unidos, la película efectivamente salió únicamente en formato casero, en naciones europeas, el filme sí llegó a estrenarse en cines. Así que supongo que, en cierto sentido, BloodRayne 2 supone la transición del siempre infame Uwe Boll de los cines hacia el DVD. Créanme cuando les digo que nadie se quejó de esto.

Ahora bien, como deben saberlo ya si es que leyeron mi crítica (o mejor aun, si es que vieron la película), la primera entrega de BloodRayne no fue una buena película, precisamente. No obstante, gracias a la inexplicable actuación de Ben Kingsley, y la grotesca presencia de Meat Loaf, así como la innegable sensualidad de Kristanna Loken, uno la puede ver como una suerte de comedia involuntaria, un filme realmente incompetente, pero a su modo, extremadamente entretenido.

¿Vampiros Cowboys?

BLOODRAYNE II: DELIVERANCE, Natassia Malthe, 2007. ©Visual Entertainment

Lo mismo no puedo decir de la secuela, precisamente porque está un poco mejor hecha. Los desnudos son menos frecuentes, las secuencias de acción son menos absurdas, y Uwe Boll parece haber aprendido algo de sus experiencias pasadas; trata de tomarse la película un poco más en serio, lo cual la convierte en un producto menos burlable, pero por ende, bastante menos entretenido. Supongo que si tenían la esperanza de que Boll fuese capaz de dirigir algo medianamente competente, BloodRayne: Deliverance los complacerá; pero para aquellos que estén buscando algo más estúpido (o al menos estúpidamente entretenido), resultará algo decepcionante.

La premisa es más ridícula que la ejecución de la historia. El filme se desarrolla unos cien años después de su predecesora. Esta vez, la vampiresa del título es interpretada por Natassia Malthe, una mujer innegablemente sexy, pero con poco carisma. La heroína sobrenatural se encuentra buscando al legendario Billy the Kid (Zack Ward), quien según esta película, fue un vampiro, porque obviamente. La misión de Rayne consiste en… matarlo, y para ello, recibirá la ayuda de un miembro de la Sociedad Brimstone, Pat Garrett (Michael Paré, actor fetiche de Boll), y un reportero llamado Newton Piles (Chris Coppola).

Y eso es todo. Mientras que la primera cinta pretendía ser un filme de terror gótico, lleno de sangre, senos, castillos, peleas de espadas y pelucas idiotas, la secuela ha sido claramente más influenciada por los spaguetti westerns de Sergio Leone, lo cual resulta en un estilo visual inesperadamente vistoso, especialmente considerando lo incompetente que ha sido Boll con sus película previas. No me animaría a decir que BloodRayne 2 está bien filmada, precisamente, pero al menos Boll realiza un mejor ejercicio de “copiar-pegar”, “homenajeando” a los maestros del cine a su propia manera: a través de una historia absurda, poblada por idiotas.

No debería ser tan seria…

QUOTE - BloodRayne Deliverance

Las secuencias de acción están competentemente coreografiadas, y las actuaciones son, en su mayoría, decentes. Y es ahí precisamente donde radica el mayor problema de la película: en teoría, todo está correcto, por lo que resulta bastante más difícil divertirse con ella. Sí, el guion parece haber sido escrito por un adolescente hormonal y el diálogo es atroz, pero Boll parece no tener ganas de inyectarle una sola onza de humor o de diversión. A diferencia de su predecesora, que terminó siendo cursimente explotadora, BloodRayne: Deliverance quiere ser más como un blockbuster Hollywoodense del montón. Considerando que tenemos a una protagonista que parece más una dominatrix que una superheroína, y a un villano que se rodea de vampiros Cowboy (!), no es necesario mencionar que dicha decisión no tiene sentido alguno.

La saga de BloodRayne debería manejar el mismo tono que los videojuegos (especialmente el primero): ridículo, cursi, explotador y divertido. La primera película trató de hacerlo y falló parcialmente, pero la secuela ni siquiera hace el intento. El filme es demasiado plano como para recomendárselo a los fanáticos de la serie B, o incluso a aquellos que hayan disfrutado de la primera entrega de manera irónica. Pero no se preocupen; la tercera entrega se llama BloodRayne: El tercer Reich, lo cual, hasta cierto punto, suena prometedor (¡vampiros, desnudos y Nazis! ¿Que podría salir mal?) Habrá que ver….

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