Sí, sí, sé que he llegado tarde a la fiesta, pero quería pasarme una buena parte del juego antes de escribir sobre “Spider-man” para PlayStation 4. No, ignoren eso; en un principio, ni siquiera planeaba escribir sobre este juego, ya que sabía que alguien más lo haría con más antelación. Pero al final del día, disfruté tanto de este nuevo título —de hecho, mucho más que cualquier otro juego en años recientes— que simplemente no podía quedarme callado; después de todo, “Spider-man” es el juego que me animó, luego de varios meses, a realmente enviciarme con algo, a regresar a casa a jugar casi todos los días después del trabajo. He perdido varias horas de sueño gracias a “Spider-man”, de eso estoy seguro; pero valió la pena.

Ahora bien, consideren el contexto. Hace años que no me considero como un jugador hardcore, necesariamente. No suelo pasarme juegos al 100%, y aunque todavía juego bastante en sistemas como la Switch y, por supuesto, la PlayStation 4, no me animo con frecuencia a conseguir títulos demasiado largos o complejos porque que no tendré tiempo para completarlos. Los JRPGs, por ejemplo, son juegos que casi ni compro; no tengo la convicción suficiente como para meterme en un mundo tan complicado y dedicarle 40, 50, 80, 100 horas de mi vida a un juego. Esto no tiene nada que ver con la calidad del juego, dicho sea de paso, ni con mi percepción del tiempo que uno debería dedicarle a una actividad como esta; si pudiera, ¡me enviciaría con muchos juegos de ese tipo! Hoy en día, no obstante, no me da la vida.

Sin embargo, desde que se anunció hace un par de años, estaba muy emocionado por jugar este nuevo título de “Spider-man”. No solo porque se veía como un juego muy bien construido y porque soy un gran fanático del personaje —más gracias a las películas y la caricatura de los 90s, que por los cómics, tengo que admitir— si no también porque tengo muy gratos recuerdos del juego de “Spider-man 2” para GameCube. Es uno de los juegos con los que más me envicié durante mi adolescencia, y hasta hace unas semanas, seguía siendo, para mi, EL juego de “Spider-man”. Fue el primer título en hacernos sentir como el héroe arácnido, y en introducirnos en un mundo abierto, un Manhattan creíble y enorme, para vivir las aventuras de este afamado superhéroe.

Se vienen los spoilers

Bueno, eso era hasta hace unas semanas. Ya que como deben estar adivinando, “Spider-man” se ha convertido ahora, para mi, en el mejor juego de “Spider-man” jamás sacado. De hecho, hasta me animaría a decir que es el mejor juego de superhéroes jamás hecho, pero estoy seguro que los fanáticos de la serie de juegos de “Arkham” de Batman me crucificarían por decir eso (sí, los he jugado, aunque no los he completado). Pero muy aparte de todas sus cualidades técnicas, en las que ahondaré en los siguientes párrafos, lo más impresionante de “Spider-man” es que logró algo que ningún juego había logrado hacer en mucho tiempo: logró enviciarme, y logró emocionarme.

Sé que es algo altamente subjetivo, pero es la reacción emocional, visceral, que causó en mí, y es algo que simplemente no puedo ignorar a la hora de escribir sobre este juego.

Ahora bien, antes de seguir leyendo, consideren que, como ya ha pasado algo de tiempo desde que salió el juego a la venta; que me lo he completado al 100% (aunque muchos dirían que no; más adelante ahondaré en eso), y que pienso detallar bastantes aspectos de “Spider-man”… este texto estará lleno de SPOILERS. Si no quieren malograrse algunos (pero no todos) detalles de “Spider-man”, dejen de leer aquí, y vuelvan cuando ya lo hayan probado.

Pues bien…

Una gran historia

Una de las características que más me llamó la atención de “Spider-man” fue la historia. Sí, sé que no es necesariamente lo que algunos estarán buscando en su juego de acción de superhéroes, pero para muchos fanáticos del héroe arácnido, se trata de algo sumamente importante. Y en ese aspecto, “Spider-man” no decepciona. De hecho, me animaría a decir que tiene una narrativa mejor desarrollada y más honesta que cualquiera de las películas con actores de carne y hueso; combina los mejores aspectos de cada una de esas versiones (sí, hasta hay referencias a las películas de “The Amazing Spider-man”, aunque no lo crean), junto con elementos que uno ha podido ver en los cómics, en otros juegos, y hasta en las caricaturas, para desarrollar una versión nueva, pero a la vez familiar, de este personaje.

El hecho de que los chicos de Insomniac hayan tenido tanta libertad para desarrollar este juego definitivamente ha rendido sus frutos. A diferencia de otros juegos de este personaje, “Spider-man” no se siente limitado por las restricciones que vendrían por default con una adaptación de una película o un cómic en específico. Incluso el genial “Spider-man 2”, una de las más claras influencias de este juego, tenía algunas limitaciones narrativas bastante evidentes; la mayor parte de encuentros o interacciones basadas en eventos de los juegos se sentían naturales y entretenían, mientras que los enemigos exclusivos del juego aparecían de manera aleatoria, y no afectaban en nada a la historia (aunque las batallas con Mysterio eran innegablemente divertidas).

Ese no es el caso de “Spider-man”, obviamente. La trama ha sido desarrollada desde cero para este juego, y se siente como algo sacado directamente de los cómics, pero de manera muy fresca. El enemigo principal de “Spider-man” es Doctor Octopus, pero al igual que en la segunda película con Tobey Maguire, uno es testigo de la transformación de Otto Octavius, de científico brillante —y en el caso de este juego, figura paterna de Peter Parker— a supervillano megalomaníaco. Pero lo mejor de todo es que, aparte de Doc Ock, tenemos al resto de los Seis Siniestros —Electro, Rhino, Scorpion, Vulture y el Sr. Negativo— quienes forman parte de la narrativa sin sentirse como presencias innecesarias o forzadas —uno se pelea con ellos en momentos muy precisos, y causan un gran impacto en la historia sin llegar a opacar a Otto o a los protagonistas.

Personajes memorables

Y hablando de los protagonistas… la caracterización tanto de Peter, como de Mary Jane, y hasta de Miles Morales —quien aparece durante la segunda mitad del juego— es prácticamente perfecta. El peter de este juego ya no está en la secundaria; se trata de una versión un poco mayor, un chico dedicado a la ciencia que trabaja con Otto porque cree en él. La manera en que balancea su vida privada (sus amigos y su relación algo inconsistente con Mary Jane), su vida profesional (su trabajo con Otto) y su vida como Spider-man es mostrada en el juego tanto a nivel narrativo como de gameplay, y ayuda a desarrollar a este Peter de manera en que uno se identifica con él, y más importante, se emociona por ser él.

Por otro lado, mientras que el Peter de este juego es un científico, la Mary Jane ha sido transformada en una reportera, algo así como la Lois Lane del Clark Kent de Peter. Se trata de una decisión intrigante que, contra todo pronóstico, funciona, ya que le permite al personaje involucrarse de manera más directa en la trama, y evitar ser una damisela en peligro más, como en las películas de Sam Raimi. Puede que esta Mary Jane no sea la super modelo de ridículas proporciones como en algunos cómics —seguro que estoy habrá molestado a uno que otro machito por ahí— pero su caracterización como una mujer bella, pero también fuerte, decidida e inteligente, ciertamente la convierten en un personaje interesante. Su relación con Peter está muy bien desarrollada —un realmente siente que hay una gran historia pasada entre ellos— y aunque es resuelta de manera algo facilista durante el último acto del juego, en términos generales, es lo suficientemente emotiva como para otorgarle algo de corazón a la historia.

Finalmente, tenemos a personajes menores como la Tía May o Miles Morales, quienes están bastante bien caracterizados. La primera tiene poco qué hacer, pero su rol como la administradora de FEAST —una organización de caridad en Nueva York— la involucra más en la trama de lo que uno supondría en un inicio, y el segundo es mostrado como el fanático máximo de Spider-man. Su eventual conversión en un superhéroe más es inevitable, pero el hecho de que hayan querido introducirlo e involucrarlo ligeramente en la trama de este juego, para guardar la mayor parte de su rol para una secuela, se siente como la decisión correcta; tener a dos Spider-mans (¿Spider-men?) en este primer juego se hubiera sentido demasiado forzado.

En lo que se refiere a los villanos anteriormente mencionados, no hay mayores quejas. El arco de Doc Ock es absurdamente trágico, el desarrollo del Sr Negativo es igual de emotivo —aunque un poco simplificado— y aunque no nos enteramos demasiado sobre le resto de los Seis Siniestros, nuevamente, el juego hace un gran trabajo a la hora de dar a entender que hay toda una historia pasada entre ellos y Spidey. De hecho, comienzan el juego dentro de la cárcel, para luego ser liberados por Otto, por lo que uno no siente que sea necesario que nos expliquen más sobre ellos; sabemos quiénes son, sabemos que son malos, y sabemos que se han enfrentado antes con Spidey. No necesitamos más.

¿Cómo se juega?

Pero ya es hora de pasar al gameplay, la razón por la cual jugamos videojuegos. Y en ese sentido, “Spider-man” es una experiencia sublime. No perfecta, pero ciertamente espectacular.

El juego tiene varios elementos de jugabilidad, pero el principal, y la razón por la cual ha generado tantas comparaciones con “Spider-man 2” para GameCube, es el gameplay de mundo abierto. “Spider-man” viene con una recreación bastante fidedigna de Nueva York, dividida en zonas, desde el Harlem, hasta la zona financiera, y por supuesto, Central Park. Uno va recorriendo cada zona de la ciudad para cumplir con las diferentes misiones relacionadas a la trama principal, pero como en todo buen juego de mundo abierto, hay varias misiones secundarias que hay que cumplir para completar el juego al 100%.

Lo mejor de esta ciudad es que corre de manera realmente fluida. No hay pantallas de carga innecesarias entre zonas —solamente cuando se va a activar un cutscene, o cuando uno entra a algún lugar cerrado— y el framerate nunca baja (al menos que yo no lo haya notado). Y Nueva York se siente viva en Spider-man; hay gente por todas partes, caminando, manejando sus carros, y uno puede interactuar con ellos de manera sorprendentemente realista. Sí, uno se pasa la mayor parte del tiempo balanceándose de edificio en edificio con las telarañas de Spider-man, pero si uno baja a la calle, puede saludar a la gente, tomarse fotos con los fanáticos, y hasta ser acosado por rufianes enviados por villanos como Wilson Fisk.

Visualmente espectacular

Puede a que suene como detallitos, pero son esta clase de elementos los que le otorgan un nivel de inmersión alucinante a “Spider-man”, y que hacen que uno realmente se meta en este mundo, y sienta que es Spidey. Las gráficas ciertamente ayudan; “Spider-man” es uno de los juegos más visualmente importantes que haya jugado en mucho tiempo. La ciudad luce espectacular; cada edificio tiene una arquitectura distinta, propia, y elementos como fuentes de luz, reflejos, los interiores de las construcciones (!), el cielo, los animales de Central Park, las ratas y las ardillas y las palomas de la ciudad… todo luce increíblemente realista y vivo, y hace que Manhattan se sienta como un lugar lleno de vida y de actividad. Es realmente espectacular.

Las animaciones son, también, de gran calidad. Todo cutscene es presentado con el engine del juego —razón por la que los cambios de traje, por ejemplo, se ve reflejados en dichas escenas— y maneja un nivel de realismo realmente envidiable. No me animaría a decir que los personajes del juego lucen como personas de verdad, pero están lo suficientemente bien diseñados y animados como para que uno se pierda en la ficción y no note algún detalle poco creíble; la textura de la piel, la manera en que sus pelos se mueven, los movimientos corporales… todo detalle está muy bien cuidado, otorgándole un nivel de pulido increíble al juego que, por obvias razones, jamás encontraríamos en un juego licenciado o basado en una película pronta a estrenarse.

Pero regresemos al gameplay (perdón por el desvío). El sistema de balanceo con las telarañas se siente realmente increíble; transportarse por la ciudad se siente realmente bien, natural, balanceado (heh), tanto así, que a veces ni daban ganas de usar el fast travel (el cual es representado con un cutscene de Spidey viajando en el tren, con traje y todo). Todo lo que uno tiene que hacer es usar el trigger de R2 para lanzar la telaraña en el aire, apretar X para saltar, soltarse o impulsarse, y apretar R2 y L2 para impulsarse de un punto específico, o llegar a un punto específico. Suena complejo, pero es un sistema al que uno se acostumbra rápidamente pero que, más importante, se siente orgánico. En pocas palabras, se siente como la manera en que Spidey realmente se transportaría por una ciudad como Nueva York.

Mucho por hacer

Las opciones de actividades para hacer en la ciudad, por otra parte, son lo suficientemente variadas como para que uno no se aburra entre misiones de historia. De hecho, me demoré un poco en pasar el juego no porque la campaña principal sea larga —no lo es—, si no porque me distraía continuamente con las misiones secundarias y los upgrades que había para conseguir. La ciudad está llena de crímenes por resolver —ejecutados por criminales comunes y corrientes, miembros de una banda llamada Demons, o de un equipo especial de seguridad—, retos (de pelea o de drone), peleas con criminales que han tomado bases por todas partes, misiones para tomarle foto a lugares importantes de la ciudad —¡sí, este Peter Parker solía ser fotógrafo!—, favores que involucran a palomas perdidas (sí, en serio), y mucho más. Este tipo de retos no solo están muy bien construidos —y resultan ser muy divertidos—, si no que también mezclan lo épico e importante, con el tipo de tareas a las que se dedicaría el “Vecino Amable Spider-man”.

Fuera de los elementos de mundo abierto, el juego cuenta, también, con secciones de stealth, las cuales están sorprendentemente bien construidas. No son particularmente realistas —aparentemente, los enemigos son incapaces de mirar hacia arriba—, pero son de los momentos más divertidos y exigentes del juego, obligándolo a uno a ser creativo para acabar con los enemigos de manera sutil. Por otro lado, las peleas con los jefes, aunque innegablemente divertidas, son extremadamente fáciles, lo cual me decepcionó bastante —hasta la batalla final, aunque épica (luce muy bien), no es particularmente retadora, lo cual disminuyó un poco el impacto de los eventos de la última media hora de historia. Luego de pasar por tanto, esperaba que el combate final fuese más complicado.

Curiosamente, uno también tiene la oportunidad de utilizar a personajes aparte de Spidey… y estas son las secciones que menos funcionan. Ahora, no me tomen a mal; no son momentos horribles, pero en comparación a la libertad que uno vive con Spidey, las escenas en las que uno controla a Miles o a MJ se sientes muy restrictivas. En todo caso, disfruté mucho de la secuencia dentro de la Gran Estación Central, en la que uno controla a Mary Jane, pero puede mandarle señales a Spidey para que se lleve a enemigos con su telaraña. Necesitábamos más momentos así, en donde se combine lo mejor de ambos mundos.

Peleándose contra el mundo

Finalmente —e inesperadamente—, el juego tiene un gran enfoque en el combate, lo cual no es una mala noticia, ya que este está particularmente bien desarrollado. Spidey cuenta con todo un árbol de habilidades, el cual uno puede ir desbloqueando para conseguir nuevos movimientos, los cuales le otorgan a uno mucha libertad para acabar con los enemigos de distintas maneras. Uno utiliza tanto la telaraña como los puños y los pies para pelear con cuanto enemigo se le ponga enfrente a Spidey, saltando, utilizando una cámara lenta, e incluso el Sentido Arácnido para poder esquivar los ataques de los demás, y acumular combos. Es un sistema relativamente sencillo, el cual puede ser explotado de diversas maneras — pero lo mejor es que los controles funcionan perfectamente, y uno casi nunca siente que está perdiendo o muriendo de manera injusta.

Digo “casi”, porque sí hubo ciertos enemigos —los soldados de SABLE— exageradamente poderosos que me hicieron cargamontón en algunas misiones, matándome de manera repentina y exasperante. Entiendo que estos aparecen hacia el final del juego, cuando se supone que uno ya está bastante fuerte, pero el hecho de que sean capaces de matarlo con dos ó tres disparos de su metralleta futurista es bastante absurdo. No es algo que suceda con demasiada frecuencia, por lo que no termina por arruinar la experiencia en general, pero sí me causó un par momentos de frustración.

Hasta el sistema de vida está bien pensado. A diferencia de otros juegos, en donde uno tiene que recolectar ítems para recuperar energía, o simplemente esperar a que esta se rellene automáticamente, en “Spider-man”, cada vez que uno pelea bien, acumula combos seguidos, o ejecuta movimientos o esquiva de manera perfecta, acumula focus. Este focus sirve para dos cosas: o para recuperar un poco de vida apretando la cruz direcciones hacia abajo, o para ejecutar finishers realmente impresionantes con los enemigos. Todo esto convierte a cada encuentro en una experiencia innegablemente tensa, pero también bastante única.

Adicionalmente, Spidey también cuenta con varios gadgets, los cuales pueden ir siendo mejorados mientras acumula puntos por cumplir con retos, misiones, misiones secundarias, y otras actividades que puede encontrar por la ciudad. Lo increíble de esto es que la mayoría son útiles, y le permiten a uno salirse de las situaciones más complicadas sin mayores problemas. Mis favoritos son las bombas de telaraña, el drone (que le dispara a los enemigos por unos cuantos segundos), y la telaraña eléctrica, la cual también sirve para resolver algunos puzzles.

Y hablando de puzzles. Estos son los elementos más débiles del juego, tanto así que “Spider-man” viene con la opción de saltearlos… por alguna razón. Uno sabe que está en problema si ni siquiera el juego en sí confía en sus propios puzzles. La mayoría son puzzles en los que Spidey tiene que unir diferentes circuitos para formar una conexión y activar algún aparato, o en los que tiene que buscar alguna caja de electricidad y activarla. No es nada particularmente horrible, pero como no hay mucha variedad, se tornan repetitivos y tediosos. Hasta los quick-time events —los cuales aparecen, más que nada, durante las pelas contras los jefes, o en ciertas misiones secundarias— son saltables, pero, al menos a mi, me parecieron menos molestosos que los puzzles.

Por otra parte, a pesar de que Spidey comienza con un nuevo traje —el cual luce realmente bien, a pesar de que muchos se quejaron del nuevo logo blanco—, uno puede ir desbloqueando nuevo vestuario mientras avanza en el juego. Cada nuevo traje viene con una habilidad propia —electrocutar a los enemigos que te tocan, por ejemplo, o los brazos tipo Iron Spider, como los que vimos en “Avengers: Infinity War”—, pero si no te gusta el traje y quieres conservar la habilidad… ¡puedes hacerlo! Son intercambiables, opción que muchos otros juegos deberían incluir, aunque sea solo por términos prácticos.

Se viene más

No hay mucho más que pueda escribir sobre “Spider-man” (aunque ya me mandé con una biblia). Se trata de un juego extraordinario, una experiencia en mundo abierto que se controla increíblemente, luce espectacular, y está llena de opciones y detalles como para convertirse en una experiencia memorable y, al menos en mi caso, adictiva. Sí, la campaña principal no es particularmente larga (durará unas veinte horas), pero el juego viene con suficiente contenido como para que la experiencia se alargue —si uno realmente se lo quiere pasar al 100%, tiene que conseguirse todos los ítems, todos los upgrades, pasar todos los retos y todos los crímenes son todas las exigencias opcionales, tomar todas las fotos (hay un grupo secreto de fotos para tomar, incluso) y conseguir todos los trajes. Yo me lo he pasado al “100%” sin algunas de estas cosas, por lo que incluso habiendo terminado la historia, todavía me queda mucho por hacer (¡y encima se vienen DLCs!)

Puede que suene a cliché, pero lo mejor de “Spider-man” es que te hace sentir como Spidey, tanto a nivel narrativo, como visual y de gameplay. Las actuaciones de voz son geniales (la entonación de la voz de Peter cambia, dependiendo de lo que uno esté haciendo con él… ¡alucinante!) y la música varía entre lo épico y lo inesperadamente emotivo (el tema principal es sorprendentemente pegajoso). ¿Qué más podríamos pedir? Hasta ahora, “Spider-man 2” para GameCube había sido el único juego capaz de hacer todo esto, pero para mi grata sorpresa, “Spider-man” para PlayStation 4 lo ha superado. Solo espero que la secuela (considerando el éxito del juego, así como el desenlace relativamente abierto, de hecho habrá una segunda parte) mejore algunos de sus pequeños defectos (las misiones sin Spidey, los puzzles, algunos enemigos frustrantes) como para brindarnos una experiencia prácticamente perfecta. ¡Estaré esperándola con ansias!